Reproducimos este interesante artículo en ACEPRENSA por VICENTE LOZANO:

Europa necesita avanzar con todas las consecuencias hacia la unión financiera, económica y empresarial porque la fragmentación actual y la burocracia amenazan con llevarla a la irrelevancia ante el empuje de Estados Unidos y China. Es la principal conclusión del informe sobre el futuro del mercado único elaborado por el ex primer ministro italiano Enrico Letta.
Pekín, abril de 2024. Se celebra el Salón Internacional del Automóvil en la capital de China. Es la feria más importante del país, y en ella las empresas automovilísticas chinas exponen sus últimos modelos con los más sofisticados adelantos. Y al Salón acuden fabricantes y distribuidores de todo el mundo. Allí se concentran compañías europeas, coreanas, japonesas, que acuden para ver qué proponen sus competidores chinos.
Pero hacen mucho más que observar. Porque en esta feria muchos culminan la firma de acuerdos con empresas tecnológicas para incorporar en sus modelos lo último que han inventado los chinos en prestaciones para sus vehículos.
China ya no se limita a copiar
Así, Toyota anunció un acuerdo con Tencent para desarrollar servicios para sus clientes nacionales. Nissan trabajará con Baidu –el Google chino– para utilizar la inteligencia artificial en sus vehículos. Hyundai ha dejado a su proveedor coreano habitual de baterías para trabajar a partir de ahora con la china Catl (que vende baterías con una autonomía de 600 kilómetros y se cargan en diez minutos). Incluso Tesla trabaja con Baidu en sistemas de navegación. También Volkswagen ha llegado a acuerdos con la tecnológica Xpeng, y Audi, con Saic, para equipar a sus modelos de alta gama con software y hardware de última generación.
Ahora es Occidente el que “copia” en China para poder sobrevivir en el competitivo mercado del automóvil
Los analistas del sector consideran que estas alianzas y acuerdos son la única forma que tienen las automovilísticas extranjeras de competir con las chinas, no sólo en ese país, sino en sus propios mercados internos. “Hace solo cuatro años pensaba que las compañías chinas se limitaban a seguir a las grandes multinacionales; ahora parece que todo ha cambiado”, afirma un ejecutivo de DJI Automotive, la división de la tecnológica china DJI para la conducción autónoma. En resumen, si estábamos acostumbrados a esa manera de hacer de los chinos de copiar la tecnología occidental y comercializarla más barata, ahora la situación es la contraria: es el mundo desarrollado el que copia en China para poder “sobrevivir en el competitivo mercado del automóvil”, como ha escrito Financial Times.
EE.UU. apoya a su industria
Washington, abril de 2024. El Gobierno de Joe Biden anuncia un acuerdo con la taiwanesa TSMC, la mayor fabricante de chips del mundo, para elevar la inversión de la empresa en Estados Unidos hasta 60.000 millones de dólares y construir una tercera planta en el complejo que la firma tiene en Arizona para fabricar chips de última generación. TSMC es proveedora de los gigantes de la inteligencia artificial, como Nvidia. Para conseguir que esta inversión vaya a Estados Unidos, el Gobierno ha prometido hasta 11.600 millones de dólares en ayudas y créditos.
Unos días después, en una operación similar, Estados Unidos se comprometía a conceder a Samsung 6.400 millones de dólares en ayudas para que la multinacional coreana construya una planta de fabricación de chips y un centro de investigación en Texas con una inversión total superior a 40.000 millones de dólares.
Estas dos macrooperaciones y tantas otras son fruto de la llamada Ley de Reducción de la Inflación de 2022 que tiene como uno de sus objetivos –aunque no tenga nada que ver con su nombre– facilitar la llegada de inversiones en sectores punteros mediante ayudas públicas como las que hemos mencionado. Biden ha dicho varias veces que no quiere que Estados Unidos pierda el liderazgo tecnológico y está dispuesto a conseguirlo a base de dólares. Incluso copiando medidas de su rival Donald Trump.
La UE, fuera de juego
La pregunta es: ¿Dónde está Europa en este tipo de acuerdos? Desafortunadamente, la Unión Europea como tal y los países que la componen poco están diciendo y haciendo en este tiempo crucial. La industria del automóvil europea se ve superada por la china; no hay grandes empresas de nuevas tecnologías –desde la fabricación de dispositivos hasta el desarrollo de la inteligencia artificial– que compitan con las estadounidenses o las asiáticas; las grandes instituciones financieras que controlan el mundo de la inversión son norteamericanas. Y las empresas chinas empiezan a dominar ya la tecnología necesaria para el desarrollo de las energías renovables.
“La fragmentación del mercado único es parte del problema de la falta de competitividad de Europa”, porque “nuestro ahorro se va a Estados Unidos y con él compran nuestras empresas”
A fin de impulsar la competitividad de Europa en el mundo, los líderes europeos pidieron al ex primer ministro italiano Enrico Letta que elaborara un informe sobre qué debe hacer la Unión Europea para no quedarse atrás en esta carrera por el crecimiento. El documento, de 147 páginas, concluye que, si la Unión Europea aspira a ser un jugador relevante en la economía global del mañana, sus socios deben combatir la fragmentación del mercado común, afianzar la unión financiera, combatir la fuga de capitales y reforzar las inversiones conjuntas, especialmente en ámbitos como el energético, la defensa o las telecomunicaciones.
Lo explicó el ex primer ministro italiano en una entrevista para El Mundo: “La fragmentación del mercado único es parte del problema de la falta de competitividad de Europa. El hecho de que la brecha con los Estados Unidos esté creciendo de manera dramática es inaceptable. Podemos aceptar que la brecha con China pueda crecer, o con India algún día, debido a su dimensión demográfica. Pero los Estados Unidos son como nosotros. Es absolutamente vital abordar el tema de la fragmentación”.
Más innovación y menos burocracia
El informe apunta seis campos de actuación en los que es imprescindible avanzar. En resumen, son:
- Establecer la libertad de circulación en la investigación, la innovación, los datos, la competencia, el conocimiento y la educación.
- Desarrollar un mercado financiero único para facilitar la movilización de capital público y privado que financie proyectos empresariales. Crear un mercado de valores común en la UE.
- Facilitar el crecimiento de las empresas europeas.
- Simplificar los procesos regulatorios hasta tener en el horizonte un Código Europeo de Derecho Mercantil. Armonizar la fiscalidad
- Evitar la sobrerregulación y fortalecer la aplicación, en todos los países, de las normas aprobadas.
- Abordar la dimensión exterior del mercado único.
Tres sectores clave
Según ha expresado Letta, es imprescindible desarrollar estos campos de actuación en tres sectores clave: el mercado financiero y de capitales –porque ahora “nuestro ahorro se va a Estados Unidos y con él compran nuestras empresas”–; el mercado de la energía –“el principal problema es el hecho de que tenemos 27 sistemas que tienen fatiga para comunicarse entre sí y para interconectarse”–, y las telecomunicaciones –hay que “pasar de 27 mercados a un mercado único y crear las condiciones para fusiones, para ganar escala”–. Con respecto a las telecomunicaciones, Letta señala unos datos expresivos: “Tenemos cien operadores en Europa, por tres en China y seis en Estados Unidos. Es una locura”.
El consejero delegado de la multinacional sueca Ericsson, Börje Ekholm, ha concedido una entrevista a Financial Times en la que resume el sentir de buena parte de la clase empresarial europea. En ella afirma que el continente está “en camino de convertirse en un museo: gran comida, gran arquitectura, grandes paisajes, grandes vinos, pero sin industria”. Esto es lo que viene a decir el informe Letta si no se corrige el rumbo con celeridad.
