Otra vez sin escribir un blog desde hace tiempo, vamos a intentarlo con los medios de comunicación, por si alguien se aburre…
Pues sí, no estoy de acuerdo con lo que nos hacen creer los medios habituales de comunicación: nos marean con lo que es políticamente correcto, y no hay prácticamente ningún presentador de un telediario en las cadenas de renombre que tenga la cara de decir lo que realmente piensa, sólo lo que les dicen que digan, no vaya a ser que se me vea el plumero…
Si se trata de las guerras -hay muchas- se nos ofrece la noticia escueta, sin entrevistas a personas con criterio – sean de un partido o de otro. Echamos en falta las opiniones de expertos en historia, diplomáticos, economistas, militares…
Si se trata de política, pocos se paran a descubrir las mentiras de unos y otros: a lo sumo atacando siempre a un partido en concreto y no a los oponentes, dependiendo claro de la tendencia del canal.
Si se trata del parlamento, por supuesto que lo correcto es la legislación en consonancia con la ideología woke: todo ser humano tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo, incluso con el niño que lleva dentro, elección libre de sexo, morir cunado uno quiera, …, pero fumar no, ¡mucho cuidado! Eso sí, con los deportes, el tiempo, los sucesos, todo lo que haga falta para adormecer el personal y tenerle bien cogido con infinidad de anuncios.
Habría que publicitar más a las asociaciones culturales, las instituciones educativas (¡qué problema el de la educación de los jóvenes, que es el futuro de la sociedad!), las empresas, y dar espacio en las TV a todos los partidos políticos, entiendo que por igual, con independencia del numero de diputados, para que tengan igualdad de oportunidades en las próximas elecciones, y así se manifieste mejor los errores y aciertos de cada grupo.
Precisamente, hablando de igualdad de oportunidades, me horroriza la intención de nuestro Presidente de limitar la libertad de expresión (lo llama abuso de noticias falsas, de basura o algo similar) en defensa de las instituciones: creo que confunde las instituciones con su partido, pero bueno.
