¿Vivan la libertad y la seguridad, carajo?

Me ha parecido un buen análisis este artículo de Federico Hoyos :

«Hace algunos años el grito estridente de ¡viva la libertad, carajo!, pronunciado por el entonces candidato Javier Milei, parecía ser un asunto anecdótico de la política argentina, motivado por la crítica situación macroeconómica de este país, con una inflación anual del 140%, 40% de desempleo y unas reservas negativas del Banco Central de –10,000 millones de dólares.

La promesa de este candidato de reducir drásticamente el gasto estatal y las regulaciones sonaba como un discurso de campaña efectista pero inalcanzable. Ahora, más de un año después de su elección como presidente, pareciera que ese grito solitario proveniente del sur del mundo ha empezado a tener eco en varios rincones del continente.

Más que el estilo excéntrico y llamativo de Milei, su verdadera fortaleza radica en el mensaje. Es la filosofía libertaria lo que empieza a irrigarse por América Latina, más que su estilo.

Los resultados económicos del primer año del presidente argentino son incuestionables. Desde su posesión, el primer mandatario gaucho cortó gastos estatales en 30%, despidió a más de 30,000 empleados del gobierno, eliminó subsidios de energía y transporte, y redujo la inflación a un 2,7% en diciembre del año pasado. Sus políticas produjeron un superávit comercial de 18,900 millones de dólares y un crecimiento de la economía argentina en el último trimestre del 2024.

El entusiasmo de estos resultados sumados al incesante martilleo de Milei en contra de “la casta política” ha generado entre diferentes líderes empresariales de la región un sentimiento de posibilidad de replicar este modelo en sus países.

Un caso de lo anterior es Colombia, que en 2026 tendrá elecciones para congreso y presidencia de la república. En muy poco tiempo, el mensaje libertario ha penetrado la política colombiana al punto de que, la candidata que encabeza las encuestas en representación del segmento de la derecha, Vicky Dávila, presentó recientemente a su equipo de asesores de política económica, en los que destacan reconocidos promotores del libertarianismo en América Latina como Axel Kaiser y Daniel Raisbeck.

Hasta hace muy poco, el concepto de libertarianismo era si acaso conocido en las facultades de economía y ciencias políticas de las universidades en Colombia. Ahora, esta corriente filosófica está impregnando los círculos más decisivos de la política nacional y sustentando teóricamente el mensaje de campaña de varios precandidatos presidenciales.

La diferencia radica en que tanto en Colombia como en otros países donde la idea libertaria resuena, las situaciones económicas son muy disímiles a las de Argentina. En cuanto a la inflación, mientras que en 2022 Argentina llegó al 211%, Colombia estuvo en el 9,3%, Brasil en el 4,9%, México en el 4,6%, Chile en el 4,2% y Perú en el 3,3%.

De acuerdo con el Índice de Calidad Institucional (2023), Argentina se ubicó en el segundo lugar de América Latina después de Venezuela, como uno de los países con peores instituciones monetarias de la región, incluso por debajo de Haití y Cuba. No es claro que la receta para curar la enfermedad económica argentina pueda tener los mismos efectos en otros países, además de que aún es temprano para emitir un juicio de valor más estructurado sobre las políticas del nuevo mandatario. ¿Serán sostenibles?

Milei, como el presidente salvadoreño Nayib Bukele, están moviendo la aguja del desarrollo de sus países y generando interés tanto de gobernantes como de líderes empresariales del continente. Bukele, Milei y el presidente ecuatoriano Daniel Noboa, fueron los únicos mandatarios latinoamericanos invitados a la inauguración del presidente Trump. Esto envía un mensaje por parte del nuevo gobierno republicano frente al estilo de gobernantes e ideas con las que encuentra mayor sintonía y posiblemente buscará promoverlos.

Quizás el factor común entre Noboa, Bukele y Milei es que tienen un norte claro, una estrategia definida y una visión de sacudir a sus países del anquilosamiento en el que se encontraban por décadas con otro tipo de gobernantes que evitaron enfrentar problemas estructurales con la determinación necesaria. Si bien Bukele, quien está iniciando su segundo mandato, tiene resultados más probados, a los experimentos de Noboa y Milei aún les queda un trecho importante para determinar la aceptación ciudadana y entrega de resultados sostenibles.

En su reciente libro On leadership – lessons for the 21st century, el ex primer ministro británico Tony Blair escribe que la eficacia es lo más importante en una democracia y que la razón fundamental para la inestabilidad social es la incapacidad de los gobernantes de entregar resultados. “El reto de la democracia hoy es la eficacia”.

De acuerdo con el Barómetro de las Américas del LAPOP Lab de la Universidad de Vanderbilt (2023), que mide anualmente el respaldo de los ciudadanos de la región en la democracia, el apoyo a este sistema político viene en disminución desde hace una década. Para el último año de publicación de este estudio, el 58% de los latinoamericanos expresaron respaldar la democracia.

¿Serán los gobernantes en mención quienes recuperen la confianza en la democracia con los resultados de sus políticas? ¿Será posible fortalecer este sistema político incluso cuando se actúa en contra de sus principios, como en el caso salvadoreño?

Se percibe una fatiga de modelos gradualistas que no han logrado consolidar un desarrollo sostenible de los países de esta región y por lo tanto se va abriendo puertas para que nuevos experimentos, con medias más severas que privilegian la seguridad y la libertad económica, tengan un chance. Este es su momento.»

Contra la soledad de los mayores, involucrar a toda la sociedad

Me ha parecido interesante este articulo de Aceprensa de Fernando Rodríguez-Borlado. En nuestra Asociación también intentamos poner nuestro granito de arena. Lo transcribimos a continuación:

La soledad se ha vuelto una de las grandes preocupaciones sociales y políticas del siglo XXI. Contrariamente a lo que algunos anticiparon, la traumática experiencia de los confinamientos durante la pandemia no parece haber generado una reacción “comunitaria”. Más bien, la sensación es la opuesta. Un reciente artículo publicado en The Atlantic calificaba nuestra época como el “siglo anti-social”.

El texto se centraba en la población adulta, y en cómo algunos típicos lugares y momentos de vida compartida (los restaurantes, el transporte público, el consumo de cine y música) se han ido “individualizando”. También se está hablando mucho de la epidemia de soledad entre los jóvenes. Siendo todo esto cierto y preocupante (en muchos países, la sensación de soledad ha crecido sobre todo entre adolescentes y “jóvenes adultos”), el segmento que más experimenta el aislamiento social “objetivo” (en el sentido de tener menos interacciones sociales) es el de los mayores. El envejecimiento de la población en los países más ricos está dejando a cada vez más ancianos en la estacada.

La falta de hijos y la creciente incapacidad de las arcas públicas para hacerse cargo de los gastos asociados al envejecimiento poblacional, han obligado a buscar soluciones en el llamado “tercer sector”; es decir, en las iniciativas comunitarias, que suelen ahorrar dinero a los Estados.

Japón: salir de la cárcel de la soledad

Las sociedades orientales son algunas de las que más rápidamente han envejecido. Japón, Singapur o Hong Kong se sitúan entre los países donde la población de más de 65 años representa un mayor porcentaje del total, y las previsiones para el futuro no son nada halagüeñas.

Hace unos días, la CNN publicó un reportaje que alertaba de una situación dramática: en Japón, algunos ancianos –sobre todo mujeres– se encontraban tan aislados y desasistidos que preferían estar en la cárcel, donde al menos disfrutaban de una ocupación ordinaria, comida segura y compañía. Desde 2003 a 2022, el número de presos mayores de 65 años se ha cuadriplicado. Seguramente, la gran mayoría no haya cometido sus crímenes –casi siempre, pequeños robos– con el objetivo directo de ingresar en la cárcel, pero parece claro que los apuros económicos y la falta de una red social fuera vuelve la celda más tolerable.

Japón incentiva que las ayudas públicas a los ancianos se gasten en recursos de tipo comunitario o en servicios de atención en el hogar, en vez de en residencias

Las autoridades políticas son conscientes del problema de la soledad de los mayores desde hace décadas. De hecho, Japón se ha convertido en un referente en cuanto al diseño de estrategias comunitarias para paliarlo, aunque, como se ve por el fenómeno de los presos ancianos, aún queda mucho por hacer.

Inspirándose en Dinamarca, los gobiernos japoneses, desde finales de los años 80, han desarrollado políticas para favorecer un modelo de cuidados a mayores alternativo al que representan las residencias tradicionales. Por ejemplo, se han construido muchos centros de día y también establecimientos que funcionan como centros sociales para mayores, aunque abiertos al resto de los ciudadanos.

Se trata de evitar que los ancianos sean “aparcados” en grandes centros alejados de los núcleos de la vida pública. También se han creado nuevas residencias para los mayores más necesitados, pero más pequeñas y con un estilo más cercano al de las casas comunitarias. Por otro lado, se han aprobado políticas para incentivar que las ayudas públicas que reciben muchos ancianos acaben gastándose en recursos de tipo comunitario o en servicios de atención en el hogar, en vez de en residencias.

Un ejemplo de este enfoque comunitario es el conocido como “modelo Nagayama”, por el nombre del suburbio donde se ha llevado a cabo, a 30 kilómetros de Tokio. Al igual que otras ciudades dormitorio construidas precipitadamente durante el baby boom, la zona ha ido envejeciendo según la población joven la abandonaba para acercarse a la capital, llevándose con ella muchos de los negocios. En 2016, un grupo de expertos convocados por el gobierno municipal sentó las bases para el proyecto: aprovechando algunos locales que habían quedado vacíos, se pondrían en marcha varios comercios (una cafetería, una especie de oficina de mensajería, un servicio de limpieza para el hogar, entre otros) regentados por voluntarios locales y orientados especialmente –aunque no solo– a las personas mayores. Según señalaba un informe de 2023, el modelo está siendo un éxito.

Alemania: en busca de la conexión intergeneracional

En Europa, Alemania es uno de los países más envejecidos. Para 2030, se espera que el 26% de su población esté por encima de los 65 años, una proporción similar a la de Hong Kong. En vistas de la evolución demográfica, ya en 1995 el gobierno federal aprobó una ley que obliga al ciudadano a ir nutriendo un fondo –con dinero que se extrae automáticamente de sus ingresos–con el que se pagarán los cuidados de larga duración que necesite en el futuro (una medida que unos años más tarde copió Japón).

En Alemania, jóvenes universitarios alquilan, con subvenciones públicas, una habitación en casa de algún anciano con necesidades de atención, al que se comprometen a cuidar

Pero más allá de las medidas económicas para hacer sostenible la atención a los mayores, Alemania también ha adoptado un modelo “comunitario” de cuidados. Al igual que en Japón, se han aprobado incentivos para gastar en este tipo de servicios algunas de las prestaciones sociales que reciben los ancianos. También se ha fomentado (a base de construcción y de subvenciones) el cohousing senior, y actualmente el 4% de la población por encima de los 65 años vive en una de estas casas compartidas. Además, en los últimos 10 años se ha redoblado el impulso al programa Wohnen für Hilfe (habitar para ayudar), por el que jóvenes universitarios alquilan a un precio reducido –subvencionado por el Estado– una habitación en casa de algún anciano con necesidades de atención, al que se comprometen a cuidar.

Por otro lado, para facilitar que los mayores que quieran quedarse en sus casas puedan hacerlo, el gobierno ha ido aprobando ayudas a los cuidadores, sean familiares o profesionales: diez días al año de permiso laboral pagado, descuentos en productos para mejorar la habitabilidad del hogar (rampas, agarraderos para el baño, etc.), o un aumento progresivo del salario mínimo en el sector.

Dinamarca y la apuesta por lo local

Pero si hay un país modélico en adoptar el enfoque “comunitario” para el problema de la soledad en los mayores, ese es Dinamarca. Al igual que el resto de la región nórdica, cuenta con una población más envejecida que la media europea, aunque menos que Italia, Grecia o Alemania.

Dinamarca fue pionera en la “desinstitucionalización” de los cuidados a mayores. Ya en 1987, el gobierno aprobó una ley para favorecer que los ancianos (los de entonces, pero sobre todo los futuros) acudieran menos a las residencias tradicionales y en cambio pudieran recibir más atención en sus propias casas, o en centros locales creados al efecto.

La misma ley transfería esta competencia a los ayuntamientos, una descentralización que, según comentan algunos expertos, ha facilitado el enfoque comunitario de los distintos proyectos, en los que la población y los comercios locales han sido protagonistas activos.

Otro hito importante fue la liberalización del sector de los cuidados del hogar, llevada a cabo en 2003. Una ley aprobada entonces permitió que más organizaciones privadas y con ánimo de lucro entraran en el negocio, lo que ha aumentado la variedad de servicios que pueden pagarse con las prestaciones públicas.

Pese a todas estas iniciativas, y pese a que el enfoque comunitario parece reportar beneficios sociales y económicos superiores al modelo “residencial”, tanto Dinamarca, como Alemania como Japón siguen enfrentándose a problemas estructurales que dificultan la atención a los mayores, y que no tienen fácil solución: la falta de profesionales del cuidado y la creciente “sequía” de unas arcas públicas diezmadas por el gasto en pensiones.

Estados Unidos se retira de la OMS y dejará de promover el aborto y la ideología de género

Me alegro de que, con independencia de cualquier connotación política, el reciente presidente de EEUU se manifieste en contra del aborto. Reproducimos aquí parte de un artículo de infoCatólica:

» … Donald Trump ha iniciado su mandato con decisiones contundentes destinadas a reforzar su agenda pro-vida. En su primer día en el cargo, el presidente firmó una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), justificando la medida con críticas al enfoque de la institución en la promoción del aborto.

Según un informe reciente, un 11% del presupuesto del Programa de Reproducción Humana de la OMS se destina a actividades relacionadas con el aborto. Estas incluyen el desarrollo de medicamentos como la mifepristona y el misoprostol y la promoción de abortos en casa. En contraste, solo un 5% del presupuesto se asigna a programas contra la violencia de género, y un 15% se destina a mejorar la salud materna y neonatal.

«Es indignante que una organización como la OMS invierta más en la promoción del aborto que en combatir la violencia contra las mujeres y niñas», declaró Catherine Robinson, portavoz de Right To Life UK.

Paralelamente, Trump ha comenzado a revertir políticas pro-aborto implementadas por la administración de Joe Biden. Una de las primeras acciones de su gobierno ha sido el cierre de la página web reproductiverights.gov, lanzada por la administración anterior tras la derogación de Roe v. Wade. Este portal proporcionaba información sobre recursos para abortos, algo que la nueva administración considera incompatible con sus valores.

Además, el presidente ha delineado una serie de acciones prioritarias que podrían ejecutarse rápidamente mediante órdenes ejecutivas:

  1. Reinstaurar la Política de Ciudad de México
    Esta política, eliminada por Biden en 2021, bloquea la financiación de abortos en el extranjero con fondos públicos.
  2. Reducción de fondos a Planned Parenthood
    La organización, que recibió cerca de 700 millones de dólares en fondos públicos el año pasado, ha sido señalada por Trump como un objetivo principal de recortes.
  3. Restaurar las regulaciones sobre medicamentos abortivos
    El presidente planea revertir las normativas que facilitan el acceso a medicamentos abortivos sin supervisión médica.
  4. Indultar a activistas pro-vida encarcelados
    Trump ha anunciado que considerará el indulto a varios activistas pro-vida arrestados por protestas frente a clínicas abortistas.
  5. Revertir políticas federales pro-aborto
    Entre ellas, destacan normativas que permitían el uso de fondos públicos para financiar abortos en hospitales de veteranos y centros de detención de inmigrantes…»

Con respecto a la ideología de género, pueden leer este Post con el texto de la ORDEN EJECUTIVA, DEFENDER A LAS MUJERES DEL EXTREMISMO DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y RESTAURAR LA VERDAD BIOLÓGICA EN EL GOBIERNO FEDERAL.

Según Jose Gefaell, autor del post, «esta orden ejecutiva de Trump sobre la eliminación de la ideología de género y protección de la mujer no tiene desperdicio. Es brillante jurídica y retóricamente y no tiene pelos en la lengua. Esperemos que cale en España y Europa rápido. Ya sería perfecto si algún asesor le convenciera a Trump de que sus mensajes mesiánicos (“Fui salvado por Dios para hacer a América grande de nuevo”) mejor se los guarde para Melania.»

Vivienda: radiografía de una “macrocrisis”

Reproducimos este artículo de Fernando Rodríguez-Borlado publicado en Aceprensa:

Comprar o alquilar una casa se ha convertido en misión imposible, o casi, para una buena parte de la sociedad en distintos países del mundo. Al problema cooperan factores “naturales” o ajenos a la política, que resulta difícil modificar, pero también otros “artificiales”, en los que las administraciones sí podrían –y deberían– intervenir.

Pocas percepciones sociales sobre el estado de la economía son tan compartidas por tantas personas en tantos lugares del mundo como la de que existe una profunda crisis de vivienda.

Y no se trata de una sensación infundada. En los países de la OCDE, durante la última década el coste medio de la vivienda se ha incrementado en casi un 40%. Entre los economistas, crece el consenso de que la evolución en el precio de las casas es clave para la de muchos otros factores macroeconómicos. La crisis de la vivienda es la crisis social de nuestros días. Así lo reconoce también el Fondo Monetario Internacional, que ha dedicado el último número de su revista Finance & Development Magazine a este asunto.

Una tendencia ascendente, con matices

Cabe preguntarse: ¿Desde cuándo estamos así? Un artículo de The Economist publicado a principios de octubre explicaba cómo el precio de la vivienda ha ido aumentando desde mediados del siglo pasado. Según el semanario británico, hasta la Segunda Guerra Mundial la demanda se mantuvo más o menos ajustada a la oferta, pero distintos factores hicieron cambiar la situación después. Por un lado, la demanda aumentó debido al baby boom de los años 50 y 60, al crecimiento de los flujos migratorios y a la concentración de la población en las grandes ciudades. Al mismo tiempo, una ola de regulación urbanística produjo una considerable reducción de la oferta. El resultado es que la ratio entre el número de viviendas nuevas construidas y el volumen de la población, que alcanzó su máximo a mediados de los 60, se ha reducido a la mitad desde entonces.

China y Alemania son excepciones a la tendencia general alcista. Allí los precios bajan, aunque por distintos motivos

Ciertamente, esta evolución del mercado inmobiliario no ha sido “uniforme”: ni en el tiempo, ni en el espacio. Por ejemplo, el desajuste entre oferta y demanda ha sido especialmente acusado en países como Canadá o Irlanda, que han sido destino de una cuantiosa migración y donde se ha construido muy poca vivienda nueva.

En España han alternado periodos de crecimiento acelerado de los precios (las décadas de los 70 y 80, los años finales de los 90 hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria, o entre 2014 y 2017) con otros de crecimiento más moderado (los primeros años 90 o los anteriores a la pandemia, por ejemplo). La vivienda solo se depreció durante los peores momentos de la crisis: de 2008 a 2014. El “efecto muelle” tras el parón por el covid volvió a iniciar un periodo claramente alcista que tocó techo en 2022. El año 2023 fue, comparado con él, de un crecimiento “tibio”, pero 2024 se ha vuelto a calentar, y se estima que 2025 seguirá la misma tendencia.

Como se ha dicho, no en todos los países está ocurriendo lo mismo. Ejemplos de la tendencia contraria (y de la importancia de las políticas nacionales) son China y Alemania. En China el valor de la vivienda está cayendo bruscamente debido al exceso de oferta: durante años se ha construido demasiado –en buena medida con el propósito de dinamizar el sector y que este “tirara” de la economía nacional–, mientras que la tendencia demográfica va a la baja. En Alemania el problema es otro: una nueva ley energética, que obliga a sustituir los aparatos de calefacción alimentados con petróleo o gas por otros menos contaminantes, está contrayendo la demanda, ya que los potenciales compradores no quieren asumir el coste que tendría la reforma.

Ni los tipos de interés frenan la demanda

Más allá de estos casos especiales, el panorama internacional muestra un encarecimiento del precio de la vivienda por el aumento de la demanda y la reducción de la oferta.

La demanda ha crecido por varios factores. Por un lado, el demográfico (asociado a la migración más que a la natalidad). Por otro, aumenta el número de hogares unipersonales: en las 15 principales economías de la UE, han pasado de 92 millones de unidades en 1960 a 148 millones en la actualidad.

Los compradores de vivienda para usos no residenciales disminuyen la oferta y tensan los precios

Un tercer factor tiene que ver con el capital extranjero: tras el parón de la pandemia, ha remontado con fuerza la compra de segunda vivienda en otros países –especialmente en los típicos destinos vacacionales–. Otra causa del “tensionamiento” del mercado ha sido el acaparamiento de buena parte de la oferta en manos de compradores “al por mayor”: fondos de inversión o grandes fortunas.

Estos dos últimos factores pesan más en algunos países, como en España. Aquí, según un informe publicado por el think tank económico Funcas a principios de este año, el aumento “persistente” del precio de la vivienda ha sido impulsado “más por la demanda mayorista y no residente –que suele ser más especulativa– que por la demanda minorista residencial”. Dos datos apuntalan esta intuición: la proporción de viviendas compradas por una persona física o jurídica extranjera aumentó un 40% en 2022 respecto de 2019, último año pre-pandemia; por otro lado, en 2023 solo cuatro de cada diez adquisiciones fueron hipotecadas.

A veces, a la intención inversora se le une otra más opaca. De acuerdo con un estudio de finales de 2022 sobre la evasión de impuestos en Reino Unido, el 90% de propiedades londinenses en manos de empresas extranjeras habían sido compradas por entidades registradas en paraísos fiscales.

Así pues, se podría decir que en el aumento de la demanda hay unos ingredientes “naturales” (los demográficos) y otros “artificiales” (los que tienen que ver con los compradores no residentes). El peso de estos últimos, que con bastante frecuencia no piden créditos ni hipotecas para sus adquisiciones, explica en parte por qué la subida de tipos de interés no ha contraído excesivamente la demanda. También influye que en algunos países, como Canadá, los precios de la vivienda son tan altos que directamente expulsan del mercado a los compradores “normales”, que sí suscribirían hipotecas.

Menos construcción

En cuanto a la disminución de la oferta, una parte importante se explica por la menor construcción de casas nuevas. Se trata de un fenómeno común a muchos países, de distintas latitudes y niveles de riqueza. En Irlanda, por ejemplo, se estima que de las 200.000 unidades que habría hecho falta construir para dar respuesta al crecimiento de la población en la pasada década, solo se construyeron 90.000. Sao Paulo, la ciudad más poblada del hemisferio sur, tiene un déficit de aproximadamente 400.000 unidades.

El exceso de regulación, las secuelas del pinchazo de la burbuja inmobiliaria o el encarecimiento de la construcción reducen la oferta

En España se ha pasado de construir cerca de 600.000 viviendas al año a principios de siglo –en pleno boom inmobiliario–, a 90.000 actualmente. En buena parte, este frenazo se debe a que, tras el pinchazo de la burbuja a partir de 2008, muchas inmobiliarias o quebraron o redujeron drásticamente la nueva construcción, en espera de poder dar salida primero al enorme stock de pisos vacíos. El problema es que una importante proporción de ellos están fuera de las ciudades principales, que es donde, cada vez más, se está concentrando el crecimiento poblacional.

Otro motivo del descenso en la construcción, común a muchos países, es la prolija regulación urbanística. En Estados Unidos, por ejemplo, las restricciones para la creación de casas pequeñas en zonas reservadas solo para viviendas unifamiliares actúan como un freno muy importante de la oferta. Además, allí y en otros países –también en España– hay quien acusa a las administraciones de mantener baja la oferta de suelo urbanizable para hacer aumentar su valor, y con él, los ingresos en concepto de tasas.

A estos factores hay que sumar otros dos: el encarecimiento de los materiales de construcción (en parte por efecto de los conflictos internacionales) y la escasez de mano de obra, ambos comunes a muchos países.

El alquiler tampoco ofrece un respiro (con excepciones)

El mercado del alquiler también enfrenta importantes obstáculos. Algunos son comunes a los de la vivienda en propiedad, o derivados de ella. Por ejemplo, el encarecimiento de las hipotecas por la subida de los tipos de interés lleva a que los caseros repercutan ese incremento en los inquilinos.

También hay factores propios. Uno de ellos es el crecimiento en muchas capitales de los pisos turísticos o con fines distintos a la vivienda habitual (residencias de estudiantes o para “nómadas digitales”, por ejemplo). Otro, el problema con la llamada “inquiokupación” (inquilinos que dejan de pagar y se convierten en okupas), que hace que muchos propietarios prefieran no sacar el piso al mercado ante lo que perciben como una situación de inseguridad jurídica.

Para paliar la subida de precios, algunas administraciones han optado por intervenir el mercado. Por ejemplo, en España, la Ley por el derecho a la vivienda, aprobada a mediados de año pasado, fija unos topes dentro de las llamadas “zonas tensionadas”. No obstante, algunos expertos consideran que esta restricción podría producir el efecto contrario al deseado, al reducir la oferta y aumentar los precios.

Argentina, de hecho, está siguiendo el camino opuesto. El gobierno de Milei ha desmontado algunas regulaciones, como la que establecía que los contratos de arrendamiento debían durar al menos tres años y que la cuantía solo podía aumentar de acuerdo a una tasa fijada por el Banco Central, o la que obligaba a pagar en pesos (la depreciación de esta moneda por la elevadísima inflación hacía que muchos propietarios prefirieran alquilar sus pisos en Airbnb, donde sí se podía pagar en dólares). Lo cierto es que las medidas están teniendo efecto: el precio medio del alquiler en Buenos Aires –ajustado a la inflación– ha descendido un 40%, y la oferta ha aumentado en un 170%.

Construir vivienda de protección oficial, y no permitir su venta, es una de las lecciones del “modelo Viena”

Otros dos países latinoamericanos, Colombia y Chile, ocupan los primeros puestos en un ranking, elaborado por la OCDE, que mide qué porcentaje de las familias de clase baja tienen que dedicar más del 40% de sus ingresos a pagar el alquiler: en Colombia es el 80%; en Chile, el 70%.

El ejemplo de Viena

En todos los países son los jóvenes y las clases bajas las que más están sufriendo el encarecimiento del suelo. Por eso, además de medidas a largo plazo como la construcción de más vivienda subsidiada, urge encontrar mecanismos para facilitar el alquiler asequible a corto plazo.

El modelo al que se suele mirar para ello es Viena. La capital austriaca, que no es ajena a algunos de los factores que están encareciendo los precios de la vivienda (el crecimiento de su población es aún más acelerado que el de Madrid o Barcelona), cuenta sin embargo con un programa de alquiler que permite a una gran parte de sus habitantes acceder a un piso asequible a muchos bolsillos. Como explicaba hace unos meses Christian Schantl, uno de los responsables de la empresa pública que gestiona el sistema, la municipalidad es poseedora de un abundante stock de viviendas, que arrienda a precios rebajados y constantes en el tiempo.

Además de los pisos de la empresa municipal (unos 220.000), el ayuntamiento ha llegado a acuerdos con una red de cooperativas privadas pero sin ánimo de lucro –si tienen beneficios, deben reinvertirlos en el propio parque inmobiliario–, que alquilan otras 200.000 viviendas. En total, más de la mitad de los vieneses viven en un hogar arrendado a un precio por debajo del mercado.

En la entrevista mencionada, Schantl destaca lo importante que ha sido para Viena no haber dejado de construir vivienda de protección oficial durante el último siglo, y no haber permitido nunca que se vendiera. En esta misma línea, una reciente modificación de la normativa permitirá desahuciar a los beneficiarios de un alquiler social si lo subarriendan. Se trata de evitar que un bien escaso y esencial como la vivienda se convierta en una mercancía más para el intercambio comercial.

Así piensa también David Gómez, de la agencia inmobiliaria Metrópolis. En su opinión, la vivienda habitual (el adjetivo es importante, para distinguirla de otro tipo de usos) “debería considerarse un bien de primera necesidad”. Por eso, en épocas de gran desajuste entre la oferta y la demanda, “las administraciones públicas deberían intervenir”. ¿Qué propone en concreto Gómez? En primer lugar, aumentar la oferta de suelo urbanizable; después, fomentar la construcción de nueva vivienda, y especialmente de vivienda de protección oficial para colectivos vulnerables, por ejemplo, ofreciendo incentivos fiscales a inmobiliarias y promotoras; además, estas viviendas protegidas no deberían poder ser vendidas nunca, ni subarrendadas para fines comerciales. Por otro lado –añade–, la defensa de la propiedad privada contra la ocupación debe ser más contundente tanto a nivel legislativo como operativo.

Todas estas medidas, junto a otras posibles como establecer un impuesto especial para la compra de vivienda por parte de capital extranjero (en vigor, por ejemplo, en Singapur desde 2013), van encaminadas a resolver el déficit de oferta y a reducir el peso de los factores “artificiales” en la demanda. En conjunto, podrían aliviar la gran crisis social de nuestros días.

¿Qué busca Israel con sus ataques a Siria tras la caída de Bashar al-Asad?

Reproducimos este artículo de Javier Gil Guerrero, investigador del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) publicado en La Universidad de Navarra:

Mientras Netanyahu se congratulaba por la caída de Bashar al-Asad y afirmaba que su decisión de combatir hasta el final contra Hamás y Hezbolá había contribuido a “remodelar Oriente Medio”, Israel lazaba la mayor campaña de bombardeos en suelo sirio desde la guerra del Yom Kipur en 1973.

El ejército israelí ha realizado también una incursión para establecer una zona de separación entre los Altos del Golán y el territorio de Siria, adueñándose de los terrenos más elevados y estratégicos en la frontera siria.

Las declaraciones y las acciones de Israel evidencian que el estado hebreo se felicita por la caída de una pieza clave del Eje de la Resistencia impulsado por Irán, al mismo tiempo que desconfía de los grupos rebeldes que han tomado el poder en Damasco. Mejor prevenir que lamentar: mientras las intenciones del nuevo gobierno sirio no estén claras, Israel trata de asegurarse de que no tenga dientes con los que morder.

Los 400 objetivos atacados han destruido, según las fuerzas de defensa de Israel, en torno al 80 % de la capacidad militar del antiguo ejército de Asad. Israel también busca con estos ataques mantener la libertad de acción en los cielos de Siria durante los próximos años (los primeros objetivos en ser destruidos fueron todos los sistemas de defensa antiaérea).

Los objetivos de la incursión terrestre israelí

En cuanto a las incursiones terrestres, estas persiguen varios objetivos. El primero es asegurar las zonas más estratégicas, desde las cuales pueden lanzarse ataques hacia Siria o hacia Israel de una forma más propicia. El segundo es crear una zona de exclusión que sirva de colchón entre ambos países (y evitar así una sorpresa como la ofensiva de Hamás sobre Israel el pasado 7 de octubre de 2023). El tercero es adquirir una moneda de cambio de cara a unas eventuales negociaciones con el nuevo régimen sirio: si Damasco desea recuperar esos territorios, deberá mostrar buena voluntad y negociar con Israel. Un nuevo caso en la consabida diplomacia de “paz por territorios” israelí.

Así, Israel celebra la caída de Asad porque acaba con la soga que Irán había estado anudando pacientemente en torno a las fronteras israelíes (en Gaza, Líbano y Siria). La tenaza de Teherán está rota y queda inservible. Desde el punto de vista de su gran conflicto con la República Islámica, el desplome de Asad es una victoria estratégica de Israel.

No obstante, quienes han logrado vencer a Asad y a Irán en Siria no son actores susceptibles de una actitud amistosa hacia Israel. De ahí las precauciones del estado hebreo: si Siria va a caer en la anarquía o a convertirse en un estado yihadista, que carezca de las herramientas para hacer daño a Israel.

Los restos del Eje de la Resistencia

Con respecto a la República Islámica, la victoria de Israel sobre la misma en Gaza, Líbano y Siria puede derivar en una amenaza mayor para el estado hebreo. El Eje de la Resistencia –del que ya solo quedan intactos la constelación de milicias proiraníes agrupadas bajo las Fuerzas de Movilización Popular en Irak y los hutíes en el norte de Yemen– estaba pensado como una herramienta tanto para lograr la hegemonía regional de Teherán como para disuadir un posible ataque a Irán.

La idea era que, si Estados Unidos o Israel se atrevían alguna vez bombardear o invadir Irán, Teherán activaría al Eje de la Resistencia para sumir a la región en el caos. Gaza, Líbano, Siria, Irak y Yemen serían volcanes durmientes listos para erupcionar. Con tres de estos volcanes ya desactivados, la República Islámica necesitaría ahora otra herramienta de disuasión viable.

La solución más sencilla y radical a este problema creado por los reveses sufridos el último año sería abandonar la ambigüedad y hacerse con la bomba nuclear. Los precedentes son claros: los únicos regímenes y países que sobreviven son aquellos con ese tipo de arsenal. Quienes se desprendieron de sus programas nucleares o no llegaron a completarlos –Libia, Irak, Siria y Ucrania– han sufrido invasiones y cambios de régimen.

Teherán sabe que culminar su programa nuclear supondría un punto de no retorno. Por una parte, ofrecería garantías a la hora de evitar un ataque extranjero sobre su territorio. Pero, por otra parte, supondría el aislamiento internacional. Irán no es Corea del Norte. No es un país que pueda fácilmente convertirse en un estado desconectado del resto del mundo. Los problemas económicos y sociales que provocaría podrían desencadenar revueltas que derrocasen el régimen. Otras posibles ramificaciones podrían llevar al desarrollo de programas nucleares militares en Arabia Saudí o Turquía, algo que tampoco serviría los intereses de Irán.

La República Islámica se encuentra, por tanto, ante una difícil disyuntiva sobre cómo proceder para restablecer el equilibrio ante la pérdida de Damasco. Israel, por otra parte, aguarda el desarrollo de las posibles implicaciones desfavorables de su victoria frente a Irán en Siria.

Implicaciones geopolíticas de la caída del régimen de Asad en Siria

Reproducimos este interesante artículo en Aceprensa, de Antonio R. Rubio:

En menos de dos semanas, el régimen de Bachar al Asad, segundo presidente de la dinastía que gobernaba Siria desde hace medio siglo, se ha derrumbado. Ha sido a partir de la caída de la ciudad de Alepo y de la guerra relámpago de los grupos del Ejército Nacional Sirio (ENS), apoyado por Turquía, y Hayat Tharir al Sham (HTS, Comité de Liberación del Levante), considerado como yihadista. Lo sorprendente es que se ha producido un cambio radical de la situación.

No cabe duda de que estos hechos se pueden relacionar con el escenario geopolítico surgido en Oriente Medio a partir de los ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.

La fragilidad del régimen de Asad

Los combates más encarnizados del régimen de Bachar al Asad contra los rebeldes islamistas, con el apoyo de sus aliados Rusia e Irán, concluyeron en 2018, aunque pasaron cuatro años hasta que el gobierno de Damasco proclamara oficialmente la derrota del Estado Islámico, si bien esta organización sobrevive aún en algunos lugares del desierto sirio. En ese momento, el régimen de Asad controlaba las tres cuartas partes del territorio de Siria, mientras que algunas zonas del norte y del oeste continuaban en manos de los kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias, del ejército turco –en su afán de establecer una zona de seguridad en sus fronteras– y de grupos islamistas asentados en la provincia de Idlib.

Esta configuración del mapa permitió alimentar la imagen de que el régimen controlaría progresivamente el país, sobre todo porque Rusia, Irán y Hezbolá, por medio de bombardeos aéreos y de envíos de armas y de combatientes, habían inclinado la balanza en favor de Asad, que, gracias a ellos, había podido salvar el régimen heredado de su padre hace casi un cuarto de siglo. De este modo, en una supuesta entente de fuerzas vencedoras se pretendía, además, dar a entender que la amenaza yihadista había sido derrotada y, en consecuencia, el régimen sirio pasaba a ser un bastión para la estabilidad de Oriente Medio. Esta percepción llevó a que en 2023 Siria fuera readmitida en la Liga Árabe, de donde había sido excluida años atrás por la brutal represión, por parte del gobierno de Asad, de las protestas de la Primavera Árabe. Arabia Saudí y las monarquías del Golfo, viejas enemigas del régimen sirio desde sus tiempos de aliado de la URSS, hacían gala de pragmatismo tras la derrota del Estado Islámico, un enemigo común.

El régimen sirio jugó en el escenario internacional la baza de la estabilidad frente a la amenaza yihadista, pero el ENS y el HTS han subido asumir un carácter de movimiento nacional

Por lo demás, Rusia e Irán también tenían motivos para sentirse satisfechos no solo por preservar a su principal aliado estratégico en la región, sino también porque podían presentarse como actores eficientes en la lucha contra el terrorismo islamista, que en más de una ocasión les había golpeado en sus respectivos países. Su posición aparecía incluso como más coherente que la de Estados Unidos, enemigo del régimen de Asad, que, en su afán de derribar al régimen, llegó a apoyar a grupos opositores dominados por los islamistas y relacionados con Al Qaeda. Estas referencias demuestran que el régimen sirio jugó en el escenario internacional la baza de la estabilidad frente a la amenaza yihadista. La jugaba también a nivel interno, en el convencimiento de que la mayoría de la población siria temía a los islamistas y que la opción “menos mala” era la continuidad del régimen. La desbandada del ejército sirio y de sus aliados ha puesto de relieve que era una percepción equivocada. La agonía de un régimen que, por su supervivencia, se obstinó en una guerra con más de medio millón de muertos, ha sido más rápida de lo esperado.

Los cálculos de Asad han fallado porque el ENS y el HTS, pese a las connotaciones islamistas, han subido asumir un carácter de movimiento nacional. La única opción de supervivencia era el apoyo de los aliados ruso e iraní que funcionó en 2015 a sangre y fuego. Sin ir más lejos, la aviación rusa no podía sustituir a los combates en tierra, y con el ejército gubernamental colapsado, el apoyo aéreo era insuficiente. Detrás de la fragilidad militar del régimen, había también otras: el colapso de la economía siria, la fragmentación del poder central o la multiplicación de milicias locales.

Los problemas de los aliados de Siria

La Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada el 18 de diciembre de 2015, estableció un marco para una solución política del conflicto sirio, al abordar varios aspectos cruciales, como el cese de hostilidades, el acceso de la población a la ayuda humanitaria y la transición política en Siria. Dicha transición incluiría la formación de un gobierno amplio y representativo, con elecciones libres y justas supervisadas por la ONU. En la práctica, no se produjo un alto el fuego permanente, pues el régimen siguió atacando a los reductos rebeldes, y las negociaciones internacionales, celebradas en Ginebra y Astaná, solo pusieron de manifiesto la voluntad de Asad de no ceder el poder. De hecho, las elecciones presidenciales de 2021consagraron nuevamente al presidente sirio con un 95,1% de los votos, aunque los resultados no fueron reconocidos ni por la ONU, ni por la Unión Europa ni por Estados Unidos.

La ofensiva del HTS no se improvisó en pocos días, sino que requirió una compleja preparación, pero las oportunidades proporcionadas por los últimos sucesos bélicos en la región le aconsejaron desencadenar un ataque sorpresa a finales de noviembre. Para empezar, la guerra de Ucrania estaba requiriendo un mayor esfuerzo militar de Rusia que no le ha permitido el mismo grado de intervención en Siria que en el pasado. Después, los ataques de Israel contra Hezbolá en el Líbano han hecho que la milicia chií no pueda aportar más efectivos en ayuda de los sirios. Por último, la posición de Irán se ha debilitado y su prioridad es salvaguardar su régimen y evitar represalias de Israel o de Estados Unidos.

La victoria del HTS implica no solo la caída del régimen de Asad, sino a la vez una derrota de Rusia, que ve amenazada sus dos bases militares en Siria, que son su principal salida al Mediterráneo

Todos estos factores han influido en la ofensiva del HTS, una organización vinculada en sus orígenes a Al Qaeda, pero distanciada de ella desde 2016. Desde entonces, su líder Abu Mohamed al Jawlani, antiguo combatiente yihadista en Siria e Irak, ha procurado adoptar un perfil de moderación y presentar a su grupo como un movimiento de liberación nacional. Sin embargo, el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido siguen considerándolo un grupo terrorista. Pese a todo, el perfil moderado del HTS ha sido ensayado en los últimos años en la provincia de Idlib por medio de la formación de un Gobierno Sirio de Salvación, y en declaraciones recientes, tras la toma de Alepo, el HTS ha subrayado que protegerá los lugares culturales y religiosos, incluidas las iglesias de las comunidades cristianas.

El profesor y analista geopolítico Fabrice Balanche, de la universidad de Lyon, considera que los países occidentales podrían arriesgarse a apoyar al HTS, pese a sus connotaciones yihadistas, porque no defiende, como otros grupos, una yihad internacional. Cabría añadir que esto siempre implicará un peligro, porque no es fácil pronosticar el tipo de régimen que llenará el vacío de Asad. La historia nos recuerda que el islamismo sirvió para derrotar al régimen prosoviético de Afganistán, pero las consecuencias para Occidente fueron nefastas.

Otro motivo para ese apoyo es que la victoria del HTS implica no solo la caída del régimen de Asad, sino a la vez una derrota de Rusia, que ve amenazada sus dos bases militares en Siria, su principal salida al Mediterráneo. Con todo, en una reciente reunión, en Doha, de los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia, Irán y Turquía, se llamó al “cese inmediato de las acciones bélicas y al comienzo de un diálogo entre el gobierno y las fuerzas opositoras legales”. Rusos e iraníes parecen distanciarse del régimen en lo diplomático, del mismo modo que lo han hecho en lo militar. El comunicado es una especie de recordatorio de la citada Resolución 2254 de la ONU, aunque el futuro se va a dirimiendo en el campo de batalla.

Los intereses estratégicos de Turquía

Se ha especulado sobre si Turquía ha alentado la ofensiva del HTS o simplemente está aprovechando la situación en beneficio de sus objetivos estratégicos. En cualquier caso, Turquía tiene una serie de intereses que afectan a su seguridad nacional y a su influencia geopolítica. El primero es la lucha contra las YPG (Unidades de Protección Popular), los combatientes kurdos sirios que Ankara considera como una extensión del grupo separatista PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), al que lleva décadas combatiendo. El objetivo de los turcos es desalojar a las YPG de las zonas fronterizas e impedir la formación de un enclave kurdo semiindependiente en Siria que sea un aliciente para los kurdos de Turquía. Esto explica el apoyo de los turcos a grupos rebeldes como el ENS, entre otros. Por otro lado, entre las preocupaciones de Ankara está también la ola de refugiados, estimada en más de 3,5 millones, que entró en su país procedente de Siria, lo que supone una amenaza para su economía y genera tensiones internas. Los turcos estaban convencidos de que una zona controlada por el HTS animaría a muchos refugiados a volver a su país.

Respecto a sus relaciones con Rusia, Turquía ha adoptado un enfoque pragmático, como el de participar en las negociaciones de Astaná entre el régimen y la oposición, pero sin renunciar a las acciones unilaterales que buscaban preservar su influencia en el norte de Siria. El mismo pragmatismo se observa en sus relaciones con Irán y Estados Unidos, pese a la contradicción que pudiera suponer el apoyo turco a rebeldes yihadistas.

Cautela de Israel

Pese a que sus acciones militares han podido influir en la ofensiva del HTS, Israel se muestra cauteloso. Es la misma postura que ha mantenido a lo largo de la guerra en Siria. Los israelíes se han planteado más de una vez si era preferible que continuara el régimen de Asad, su viejo enemigo, a que se instalara en Siria un régimen islamista. Por de pronto, sus intereses pasan por la seguridad en sus fronteras, lo que explica sus acciones militares en Siria contra Hezbolá y los iraníes. Además, a Asad tampoco le convino enfrentarse directamente a Israel, con un nuevo frente que hubiera empeorado su situación en una guerra interminable.

Paradójicamente, el hecho de que el régimen sirio controlara la zona próxima a los Altos del Golán, que Israel se anexionó en 1981, es una garantía de estabilidad. En cambio, la presencia de islamistas en Damasco podría hacer esta zona más peligrosa para los israelíes. Por otro lado, la posibilidad de que los rebeldes sirios puedan hacerse con armas químicas, conservadas por el régimen pese a la destrucción verificada de una gran cantidad de este armamento entre 2013 y 2014, es otro motivo para que Israel se mantenga vigilante ante la evolución de los acontecimientos en Siria.

Lo que ocurre con los bebés abortados que nacen vivos

Hace pocos días me ha llegado este artículo desde la asociación Escuela de Rescatadores, con la que colaboro. Lo reproduzco a continuación:

«No tenemos datos fehacientes, aunque sí muchas sospechas, sobre bebés que hayan nacido vivos en los antros abortistas españoles. Lo más escandaloso que consta en los archivos es la sórdida actividad del doctor Carlos Morín, que en su antro de Barcelona practicaba los abortos tardíos que no se atrevían a realizar los abortistas de Holanda, Reino Unido o Francia. Después de muchas denuncias, fue llevado a los tribunales gracias a que una trabajadora del centro recibió protección judicial tras presentar documentos sobre sus operaciones clandestinas. Fue todo un escándalo en aquellos días de 2008.

Aparte de este escabroso caso existen otras evidencias de bebés tardíos encontrados en la basura procedente de abortorios. Cuando hace años escribí este texto, el Juzgado de Instrucción n.º 47 de Madrid investigaba el caso de bebés en gestación, de más de siete meses, que el Seprona de la Guardia Civil había encontrado en la basura del centro abortista Isadora, en febrero de 2006. La información publicada en ABC decía al respecto: “Se investiga si entre la docena de fetos por encima de los siete meses de gestación encontrados, tenían aire en los pulmones”. Es evidente que si tenían aire en los pulmones fallecieron después de nacer. El caso fue muy oscuro y farragoso; se llegó incluso a acusar a los agentes del Seprona de construir pruebas falsas.

En España no existe un protocolo de actuación en caso de que un bebé abortado nazca con vida. En Estados Unidos, el número de abortos tardíos, por prostaglandinas, nacimiento parcial o salinos, llegó a ser tan alarmante que mereció una resolución de la Cámara de Representantes. “El Proyecto de Ley de Protección de los Infantes nacidos con vida (HR 4292)” trata sobre la protección de los bebés en gestación que han sobrevivido a abortos fallidos.

En los partos convencionales de niños prematuros suele haber un equipo compuesto por un neonatólogo, una enfermera neonatal, un pediatra residente y un terapeuta respiratorio; y en caso necesario, el niño es ingresado en la Unidad Neonatal de Cuidados Intensivos.

La enfermera Jill L. Stannek, con una experiencia de cinco años en el departamento prenatal y de partos del Hospital Christ, en Oak Lawn, Illinois, influyó en gran medida con su testimonio para que esta resolución saliera adelante, y que, dentro del horrible mundo del aborto, hubiera un poco menos de indignidad. Confieso que me faltan palabras para expresar esto.

Según el testimonio de la enfermera, en el Hospital Christ se practicaban abortos a mujeres que se encontraban en el segundo y tercer trimestre de gestación por el método denominado “aborto por parto inducido”, llamado también “aborto con nacimiento vivo”. Muchos de estos niños nacían vivos y permanecían con vida durante un tiempo (alguno llegó a durar ocho horas). Cuando estos bebés nacían con vida no recibían los cuidados médicos que se les dispensa al resto de los recién nacidos, pero sí les prestaban la llamada “atención de consuelo”, que consistía en mantener al bebé envuelto en una manta hasta que moría. Esto se hacía de manera voluntaria por parte del personal, pues el hospital no tenía ningún protocolo para estos casos. (Un famoso abortista en EE.UU., el doctor George Tiller, que practica abortos tardíos, tiene en su clínica un capellán para bautizar a los niños que nacen vivos).

Siguiendo fielmente la declaración de la enfermera Stannek en la Cámara de Representantes, una noche presenció cómo una compañera llevaba al cuarto de desechos a un niño vivo, con síndrome de Down, que acababa de ser abortado. Sus padres no lo querían y ella no tenía tiempo de darle el último consuelo. Sus palabras son escalofriantes y muestran la crueldad de nuestra sociedad supuestamente civilizada: “Como no podía soportar pensar en ese niño muriendo solo en el cuarto, lo acuné y mecí durante los 45 minutos que sobrevivió. El bebé tenía entre 21 y 22 semanas de edad gestante, pesaba y medía unos de largo. Estaba muy débil para moverse y consumía su poca energía tratando de respirar. Al final, estaba tan calladito que la única forma de verificar que vivía era acercándome a la luz y mirando a través del pecho su corazón latiendo. Cuando murió, le cruzamos los bracitos sobre el pecho, lo envolvimos en una mortaja y lo llevamos a la morgue del hospital adonde van los otros pacientes muertos”.

Este testimonio es para hacer estremecer al más duro de los corazones. Tuvo lugar en Estados Unidos hace unos años, pero hay otros muchos que se silencian. Casos similares ocurren a diario en países donde la vida humana no vale nada, donde un ser humano es tan solo un habitante, y ni siquiera eso.

Algunos compañeros de trabajo le contaron a nuestra enfermera historias horrendas, como el caso de un bebé que se creía que padecía de espina bífida y después de abortado se comprobó que era perfecto. Hay casos de bebés que han muerto envueltos en toallas directamente en el cuarto de la basura porque no se les prestó la ayuda convencional una vez nacidos. Muchos de ellos tenían posibilidades de sobrevivir y ser adoptados.

La resolución 4292 de la Cámara de Representantes de Estados Unidos se aprobó para proteger a estos bebés, pero hay que decir, en honor a la verdad, que la situación no mejoró. En la actualidad, a los niños víctimas del “aborto por nacimiento parcial”, se les asesina cuando la cabeza aún está dentro de la madre introduciendo unas tijeras en la base del cráneo del bebé. Esta es la manera de burlar la ley y librarse de una acusación por infanticidio. La sociedad debe saber esto.

Hay que añadir que estos fetos vivos son muy demandados por los investigadores, estos obreros de la ciencia cuya amoralidad es más que notoria. Estos aprendices de brujo necesitan tejidos vivos para sus experimentos; no les sirven los procedentes de abortos espontáneos o de abortos provocados que nacen muertos. La International Planned Parenthood, la mayor promotora de abortos del mundo, se ha visto involucrada en un escándalo hace unos años por proveer de “material” vivo a los aspirantes del Nobel.

Cuando el aborto empezó a hacerse masivo en todo el mundo, el doctor Bernand Nathanson pronosticó que se darían estas circunstancias, y acertó de pleno. ¡Y de esto solo sabemos una mínima parte! Hay que decir que, en la actualidad, los centros de abortos tienen absolutamente prohibido compartir datos para realizar estudios y estadísticas como los citados en este artículo. No permiten que nada trascienda de puertas afuera, y el personal está muy vigilado y presionado. Si los datos actuales se dieran a conocer, sería un escándalo mayúsculo, mayor del que en su día protagonizó el doctor Morín. Se puede decir que el silencio en torno a estas prácticas se encuentra en un nivel comparable al “top secret” militar.

En Canadá es de dominio público que el número de bebés de abortos fallidos que nacen vivos va en aumento; algunos mueren poco después y otros sobreviven con lesiones de por vida. Ted Gerk, activista provida de Vancouver, British Columbia, cuando realizaba una investigación en la Agencia de Estadísticas Vitales de esa localidad descubrió que los niños abortados vivos están el tiempo suficiente para recibir sus certificados legales de nacimiento y defunción. Pero estos datos no salen a la luz pública.

En el Hospital Meyer de Florencia (Italia), nació un niño vivo víctima de un aborto. Su madre le había condenado a morir cuando supo que podría presentar malformaciones congénitas, en concreto, “atresia de esófago”, una deformidad que, en más del 90 por ciento de los casos, puede ser corregida con cirugía. Los médicos del Hospital Careggi le habían recomendado a la madre someterse a una resonancia magnética para salir de dudas, pero ella optó por el aborto. No quería arriesgarse a tener un bebé imperfecto. Cuando el niño abortado nació, tenía 22 semanas, pesaba medio kilo y era completamente normal. Al comprobar que estaba vivo y que no presentaba malformaciones decidieron reanimarlo. Vivió durante varios días, pero una parada cardiorrespiratoria unida a su estado prematuro acabó con su vida. ¡Cómo se puede sobrellevar algo así!

Recientemente, sobrevivió al aborto otra niña en el Hospital Maggiore de Bolonia (Italia). Al diagnosticarle que nacería ciega, cuando tenía 22 semanas de gestación, sus padres optaron por el aborto. Pero nació viva y pesaba. A los diez días fue sometida a una operación a corazón abierto; después tuvo una hemorragia cerebral, varias infecciones y problemas respiratorios. A pesar de todo, sus ganas de vivir la sacaron adelante. Sus padres, sin embargo, no la acogieron y fue dada en adopción.

En el 2005, el British Journal of Obstetrics and Ginaecology publicó una investigación de la doctora Shantala Vadeyar, del Hospital Saint Mary de Manchester, que recogía al menos 31 casos de bebés que habían sobrevivido a abortos en la región de North-West, entre 1996 y 2001. Los datos del estudio son demoledores y vergonzosos: “Más de la mitad tenían menos de 22 semanas. Todos habían sido abandonados para que murieran, y lo hicieron antes de cuatro horas y media. Cuatro de ellos respiraban regularmente. Dos bebés jadeaban y otros dos lloraban”. ¡Qué sociedad la nuestra! ¿No sentimos asco y vergüenza al conocer estas atrocidades?

Otro estudio del Instituto Perinatal de las West Midlands, realizado en 2007 en Inglaterra, publicado en el mismo medio, revela que “de 3.189 abortos realizados en 20 hospitales entre 1995 y habido al menos 102 casos de niños que sobrevivieron al aborto, a los que se les dejó morir a la intemperie o tirados en algún recipiente. El tiempo medio de vida de estos bebés es de 80 minutos, aunque ha habido algunos que resistieron vivos seis horas”. Estos niños, a pesar de morir fuera del útero materno, son contabilizados como abortos. En la zona objeto de este estudio solo se realizan el diez por ciento de los abortos del Reino Unido, por lo que es fácil deducir que el número de bebés que se abortan vivos y se dejan morir es muy superior. Aplicando esta ratio, el número de niños abortados que nacen vivos en España no es difícil de calcular.

Magdalena del Amo, Tierrapura

El “wokismo”, una ideología hiperliberal

Por su interés reproducimos este artículo de Aceprensa, de Josemaría Carabante:

Desde las trincheras de las guerras culturales, los objetivos suelen verse borrosos, confusos. En el caso del wokismo, la primera línea de batalla sitúa allí una amalgama de marxismo radical y batiburrillo posmoderno, incluyendo en ese cajón de sastre la defensa del aborto, la hostilidad a la religión o el reclamo de lo trans… Todo en uno.

Unos pensadores creen que esta dolencia se arregla con dosis más altas de principios liberales; así piensan Francis Fukuyama o Yascha Mounk; otros juzgan que estos lodos provienen del barro individualista, hasta el punto de que la solución se halla en valores más tradicionales, aquellos que ha barrido el capitalismo.

Una ideología norteamericana

Para comprender el impacto y las señas de identidad de lo woke conviene recordar no solo que fue el asesinato del afroamericano Michael Brown, tras ser violentamente maltratado por la policía, lo que abrió la espita de las protestas, en 2014, sino también que el movimiento se presenta para reivindicar lo identitario, convirtiendo la definición de uno mismo en el principal objetivo de la contienda política.

Por sus orígenes, pues, responde a la idiosincrasia americana y parte de ese conflicto racial que, como una herida remisa a la cicatrización, atraviesa el supuesto país de la libertad. John Gray explica, atendiendo a ello, que el wokismo constituye una ideología localista, difícilmente exportable, motivo por el cual a este lado del Atlántico ha absorbido otros conflictos y tiene contornos indefinidos.

Aunque se suele remontar la tendencia a las revueltas estudiantiles del 68, habría que indicar, siendo rigurosos, que la clave data de unos años antes, concretamente con la aprobación de la Ley de Derechos Civiles, en 1964. Según afirma Erik Kaufmann, profesor de la Universidad de Londres, esta norma promulgada durante la presidencia de Johnson supuso el reconocimiento de la culpabilidad blanca y la entrada en la atmósfera pública de la dialéctica entre víctimas y victimarios.

Una dolencia liberal

Kaufmann y Gray están de acuerdo en que es erróneo atribuir la sensibilidad identitaria a los círculos marxistas. En opinión de ambos, el ADN del wokismo es claramente liberal, lo que explicaría que haya prendido con tanta fuerza en el mundo anglosajón, la cuna del capitalismo.

El movimiento se presenta para reivindicar lo identitario, convirtiendo la definición de uno mismo en el principal objetivo de la contienda política

Difícilmente podrá amainar el vendaval woke si se soslaya de qué fuente mana. En primer lugar, el individualismo extremo de las sociedades modernas, que desarraiga al yo hasta el punto de reputarlo producto del deseo arbitrario de cada uno. En segundo término, el deslizamiento de la libertad hacia la igualdad absoluta, al que alude Kaufmann. Y es que hoy la exigencia no es que todos posean las mismas oportunidades, ni que se lleve a cabo una redistribución económica. Se busca la paridad total de resultados, más allá de la raza, el género, los gustos sexuales e incluso el mérito, aunque para ello no haya más remedio que atribuir al Estado un poder omnímodo.

La izquierda tradicional ha visto con recelo estas aspiraciones, entre otros motivos porque la focalización en problemas de índole cultural erosiona el vigor de las reivindicaciones materiales. ¿Acaso no se adapta esa posibilidad de consumir compulsivamente identidades, como quien se atiborra de comida basura, al ethos neoliberal?

Revolucionarios de salón

La explosión de la subjetividad, el moralismo y el afán revanchista tienen más que ver con la cosmovisión burguesa y una visión radical de la justicia social que con la contracultura. Eso no significa que los defensores de lo woke no hayan asumido la jerga sesentayochista: no carecen, en efecto, de lazos con esa posmodernidad que se desligó de la emancipación ilustrada.

Pero la insistencia en su filiación con Marcuse, Derrida o Foucault puede ser perjudicial porque oculta la ascendencia “hiperliberal” y el igualitarismo extremista a los que se refiere Kaufmann en su último ensayo, Taboo: How Making Race Sacred Produced a Cultural Revolution (Forum, 2024).

El wokismo se ha convertido en la doctrina de la élite, en el catecismo de los revolucionarios de salón, para quienes empuñar ese estandarte es una forma de exculpación moral por el disfrute de sus privilegios. La manera, en fin, de aliviar su mala conciencia.

Quienes propugnan el identitarismo, ciertamente, conforman un grupo selecto y excelentemente posicionado. Para Musa al-Gharbi, sociólogo de la Universidad Stony Brook (Nueva York), los hooligans de la identidad están en posesión de una suerte de capital simbólico. Lo woke dota de estatus. Ahora bien, cuando las élites adoptan ideologías para sentirse bien, tienden a soslayar los compromisos reales con los más desfavorecidos.

La ineficacia de la lucha “woke”

La reprobación de los privilegios –así, en general– por parte de la élite acomodada no les lleva a renunciar a los que ellos disfrutan –estos, bastante concretos–. Piénsese en la virulencia de lo woke en los mejores centros universitarios, a los que llegan solo los elegidos.

En su ensayo We Have Never Been Woke: The Cultural Contradictions of a New Elite, publicado recientemente por Princeton University Press, el propio Al-Gharbi mantiene que las políticas woke son poco efectivas. Y paternalistas, al dar por supuesto que los marginados no pueden encaminarse por sí solos a la liberación.

El sociólogo americano apunta algunas inconsistencias del “capitalismo woke”. Por paradójico que pudiera parecer, en las sociedades donde este prolifera se presentan desigualdades más flagrantes, en comparación con otras.

Términos como “interseccionalidad”, “microagresión” o “privilegio” están menos presentes en los medios

La percepción de la desigualdad que difunden, por otro lado, es inexacta porque dan voz a supuestas víctimas que han salido de la opresión, de modo que no se sabe qué sienten o piensan los que están siendo realmente dejados atrás. Por último, esta élite culpa de la discriminación y la opresión a quienes no forman parte de ella; por ejemplo, tilda de racistas a los blancos del sur, o de xenofobia a los obreros o parados, a fin de descargarse de responsabilidad.

Una ideología en horas bajas

Bajo un prisma ideológico, se puede interpretar la victoria de Trump como un síntoma del agotamiento de lo woke en EE.UU. De hecho, el semanario The Economist sitúa en 2020-2021 el punto de ebullición del “despertar”; a partir de entonces, tanto en la opinión pública americana como en los medios se ha producido cierto enfriamiento

Según una encuesta, el porcentaje de quienes manifiestan estar preocupados por el racismo o el sexismo ha descendido diez puntos entre 2021 y 2024 (del 48% al 38%). Por contra, el rechazo a que los deportistas compitan en una categoría diferente a la de su sexo biológico ha aumentado, pasando del 53% al 61%.

Por otro lado, señala también The Economist, términos como “interseccionalidad”, “microagresión” o “privilegio” están menos presentes en los principales diarios norteamericanos. Asimismo, en los últimos años se han presentado 86 proyectos de ley para prohibir iniciativas woke en universidades de 28 estados norteamericanos; igualmente, en el ámbito empresarial el entusiasmo ha decrecido.

La lucha contra lo “woke”

Es pronto para saber si esto apunta a una auténtica crisis de lo woke o si más bien es un síntoma de que ha permeado tanto que ya no acapara el debate. Por otro lado, no es malo que haya calado un mayor compromiso con la igualdad. La debilidad del wokismo y del radicalismo identitario tiene que ver con quién lo defiende: una élite pudiente, distanciada de las preocupaciones sociales cotidianas.

A nadie se le escapa que, sea como fuere, lo woke predomina en los medios europeos y que no se sabe a ciencia cierta cuándo amainará aquí el movimiento.

La batalla, sin embargo, no debe restringirse al ámbito mediático, donde –según Kaufmann– el wokismo tiene las de ganar, porque los que no suscriben la nueva ideología están siendo sustituidos por jóvenes muy bien adoctrinados. Hay que actuar en el marco educativo y legal. De otro modo, será difícil que se apacigüe la fiebre que ha infligido este mal “despertar”.

La exitosa receta conservadora de “la directora de escuela más estricta de Reino Unido”

Nos es grato reproducir este artículo de Ana Zarzalejos Vicens publicado en Aceprensa:

Katharine Birbalsingh es, según los medios británicos, “la directora de escuela más estricta del país”. Pero su exigencia tiene un motivo: “Quiero que mis alumnos salgan al mundo y encuentren su propósito en la vida”. El caso es que la receta funciona. Y lo hace, además, en un barrio marginal de Londres, y con un alumnado mayoritariamente de origen inmigrante.

“Todos queremos el progreso, pero si estás en el camino equivocado, progreso significa dar media vuelta y volver al camino correcto; en ese caso el hombre que da la vuelta antes es el más progresista”: es la frase de C. S. Lewis que cuelga en el despacho de Katharine Birbalsingh, directora del colegio Michaela. 

En 2010, Katharine Birbalsingh saltó al ojo mediático al hablar en la conferencia del Partido Conservador (lo que le granjeó bastantes enemigos, aunque ella no pertenece a la formación). Su mensaje era sencillo: el sistema educativo está “roto” porque se ha dejado influenciar por ideologías que perjudican al alumno. 

En 2014 pasó del dicho al hecho y abrió un colegio aprovechándose de una reforma gubernamental que había dotado de más flexibilidad al sistema educativo británico al permitir la creación de las escuelas libres: colegios con un régimen similar al de los concertados en España.

A pesar de que los detractores de Birbalsingh hicieron todo lo posible por boicotear la apertura del colegio, la escuela Michaela lleva ya diez años en marcha con un alumnado de bajo nivel socioeconómico que ha conseguido colarse entre las mejores del país en los exámenes de secundaria.

En parte, las razones de este éxito pueden encontrarse en The power of culture, un libro escrito por algunos profesores de la escuela donde se explica, entre otros asuntos, por qué sigue mereciendo la pena enseñar a Shakespeare, por qué en un colegio con una alta presencia de migrantes se canta God Save the King o por qué en los pasillos los alumnos caminan en silencio (excepto si se cruzan con un miembro del equipo del colegio, al que entonces deben mirar a los ojos y saludar con un alto y claro “Buenos días, profesor”). 

El mensaje de bienvenida que se lee en la web también es bastante ilustrativo: “Somos diferentes. Ponemos de moda lo tradicional. Trabajamos duro y perseveramos. Nos encanta celebrar la bondad y la gratitud. Aceptamos retos y superamos obstáculos. Marcamos la diferencia para que un día podamos mirar atrás y saber que ha merecido la pena”. Lo de “trabajar duro” no es una metáfora: llegar unos minutos tarde, no tener el material necesario o no haber hecho los deberes son motivos para ganarse un castigo, que suele consistir en quedarse en el colegio media hora más después de que terminen las clases. Eso sí, el profesor hablará con el alumno para explicarle el porqué de la sanción, con un discurso que suele estar impregnado de la necesidad de la responsabilidad personal.

Conversamos con Katharine Birbalsingh para descubrir en qué consiste su “receta educativa”.

El alumno en el centro: autoridad y afecto

— ¿Qué se hace diferente en Michaela? ¿Cuál es la clave de su éxito? 

— Todas las buenas madres saben de lo que estoy hablando: los niños necesitan del elogio y el castigo. 

La clave es el afecto: les quieres lo suficiente como para mantener las expectativas altas. Ahora mismo, por ejemplo, justo fuera de mi puerta, tengo una cola de niños esperando a su media hora de castigo que tienen que cumplir después del colegio. ¿Qué más da? No es tan grave. Ellos llegan, cumplen con su media hora y se van a casa. No lo viven como el fin del mundo y lo agradecen porque saben que les ayuda a ser mejores.

En Michaela, el profesor es el que está al frente de la clase y el que lidera el aprendizaje. Lo contrario es ridículo

Pero todo esto lo haces porque los quieres. La gente piensa que ser estricto es malo, cuando en realidad, si eres estricto, significa que los quieres lo suficiente como para mantener tus expectativas altas. Y no tienes que tratarles mal, simplemente ser claro y coherente. 

Así que sí, la disciplina es un pilar fundamental de nuestra manera de hacer las cosas. Otro pilar fundamental es cómo enseñamos: el profesor es el que está al frente de la clase y es el que lidera el aprendizaje. 

Algunas personas rechazan este modelo porque no creen en los castigos o se sienten incómodos siendo la autoridad en el aula. A veces escuchas a maestros que dicen:  “Yo aprendo lo mismo de los niños que ellos aprenden de mí”. Bueno, pues eso es ridículo, quizá signifique que no eres un buen maestro. 

Esto es muy insultante para el alumno, porque él lo que necesita es convertirse en un adulto que sepa más que los niños. Esa es la cuestión del aprendizaje. 

Y, por último, nuestro pilar es la cultura del colegio. Nuestro libro se llama El poder de la cultura porque la cultura lo es todo: trabaja duro, empújate hasta tus límites, encuentra la motivación interna, toma la responsabilidad de tu propia vida. 

El curriculum en Michaela es exigente y está orientado a que los niños aprendan, saquen las mejores notas en los exámenes y tengan una cultura que les permita desenvolverse en entornos de los que la mayoría de esos alumnos no provienen. 

Pero también hay un énfasis en desarrollar el carácter del alumno para que se convierta en un adulto responsable, en un ciudadano que contribuya a la sociedad, en una persona capaz de asumir la tarea de hacerse cargo de la propia vida y de elegir el bien. 

Algo fundamental considerando que, dadas las circunstancias de su alumnado, Michaela compite muchas veces con la tentadora alternativa de las bandas criminales, el abandono escolar o una vida entregada al victimismo por haber nacido en circunstancias desfavorables. 

Responsabilidad, sacrificio, patriotismo, gratitud

— La cultura de Michaela se fundamenta en lo que tú llamas “valores conservadores con c minúscula”. ¿En qué consiste eso? 

— En inculcar un sentido de responsabilidad personal en ellos, en asegurarse de que entiendan que tienen poder sobre sus vidas y que no son víctimas, en construir un sentido de resiliencia en ellos y en motivarles para que vayan hacia adelante todo el tiempo y se atrevan a superar obstáculos. También en enseñarles el sentido del sacrificio, que aprendan sacrificar cosas que son importantes para sí mismos por el bien de los demás. 

Y, por supuesto, un sentido del deber. Que se pregunten: “¿Cuál es mi deber y mi rol en la vida? ¿Qué debería hacer para contribuir al mundo?” 

También les inculcamos la gratitud, porque no importa lo poco que tengas, siempre habrá alguien que tenga menos que tú, y ya solo el hecho de haber nacido en un país como Reino Unido (o en tu caso, España) nos convierte en las personas más afortunadas del mundo. 

— ¿Por qué ese énfasis en orgullo nacional? 

— Porque pertenecemos a algo, formamos parte de algo, no somos personas indiferentes que pasamos por casualidad por aquí, hay algo que nos une.

Si tu colegio no te ayuda a encontrar tu lugar en el país, entonces estarás para siempre en desventaja

No podemos negar el hecho de que hay países. El hecho es que los países importan, y que nosotros pongamos el foco en que todos formamos parte de nuestro país no tienen nada que ver con excluir a los demás, sino con asegurarnos de que los alumnos sienten que pertenecen a algo.

— Supongo que esto es especialmente importante para los alumnos a los que enseñáis, muchos de ellos extranjeros. Quizá un chico de Londres de clase media no tiene que preguntarse de dónde viene y a dónde pertenece… 

— Eso es cierto, y ese es exactamente el problema. No solo no tienen que pensar en eso, sino que no quieren pensar en eso. Para ellos es más fácil rechazar a Inglaterra, pero eso es una posición muy privilegiada porque tú sabes tus orígenes. 

Cuando tu familia viene de otro país y no conoces el inglés, no comes los alimentos británicos, no cantas las canciones británicas, no conoces nada de esto, entonces te sientes fuera de lugar en tu propio país. Y si tu colegio no te ayuda a encontrar tu lugar en el país, entonces estarás para siempre en desventaja. 

Unos detractores ideologizados 

— ¿Por qué el colegio suscita una oposición tan fuerte, si los resultados son buenos y la demanda crece? 

— El movimiento de las “escuelas libres” trajo más variedad al sistema educativo, pero a los sindicatos de profesores no les gustó: querían que el sistema fuera un único bloque porque eso les da más poder a ellos. 

Tampoco les gustan las cosas que les enseñamos a los niños porque no nos regodeamos en el concepto de víctima, no culpamos al gobierno y a los ricos de nuestros problemas. En lugar de eso, hacemos lo necesario para equiparnos con las habilidades y conocimientos que necesitamos para lograr el éxito en nuestra vida. Hay muchas personas que se oponen a esa visión por motivos ideológicos.

— ¿Por qué este rechazo explícito a la noción de víctima, cuando muchos de los alumnos del colegio podrían calificarse como tales? 

— Porque ¿cómo vas a vivir tu vida entonces? ¿Vas a mendigarle al gobierno para siempre? ¿Vas siempre a decir: nací negra, o mi padre no estaba ahí, o vivo en una zona de vivienda social, o  nací pobre, así que no, no pude hacer nada de mi vida? Y a los 90 años, te sientas en tu cama y dirás: qué pena, tuve una vida terrible, pero no podía hacer nada.

El hecho es que la vida te deja con un cierto número de cartas. Y algunas personas tendrán una mejor mano que tú, eso es verdad. Pero tienes que jugarlas. Eso es la vida. 

Como profesores, nuestro deber es enseñar a los niños a lidiar con las adversidades de la vida y a construir la resiliencia necesaria para poder saltar sobre los obstáculos que inevitablemente aparecerán. 

— Y, diez años después, ¿qué dicen los críticos? 

— Seguimos teniendo muchos detractores. Insisten, a pesar de no haber estado nunca en la escuela, en decir que los niños son infelices, y que todo lo que estamos haciendo es prepararles para aprobar exámenes. Y eso es porque están ideologizados y no quieren escuchar lo que funciona. No les interesa porque no les gusta mi conservadurismo. 

Un éxito difícilmente discutible 

Lo cierto es que los resultados académicos hablan por sí solos y una escuela de un barrio marginal de Londres se ha colado entre las mejores del país. Pero, ¿qué es realmente el éxito para Katharine Birbalsingh? 

— ¿Cuál cree que ha sido el mayor impacto de su manera de hacer las cosas? 

— No creo que solo sean los niños que se han beneficiado aquí. Son los miles y miles de personas por el mundo de los que nunca sabré. Gente que me agradece estar diciendo estas cosas, estar contando la verdad de la educación. Miles de profesores por el mundo con los que nunca me encontraré y todos sus alumnos a los que nunca conoceré. 

— ¿Qué es un alumno de éxito para Michaela? 

— Algunos de nuestros alumnos se convertirán en revolucionarios y algunos de nuestros alumnos se convertirán en dentistas. Y eso está bien porque todos tienen personalidades diferentes e intereses diferentes. Y nosotros les damos lo que necesitan para poder salir de la escuela y ser personas de éxito y cuando digo éxito no quiero decir que ganen mucho dinero, sino que vivan sus vidas con dignidad. 

Quiero que los niños estén equipados con los valores que les permitan vivir vidas con significado, que puedan perseguir sus pasiones y usar los dones que les han sido dados para contribuir a la sociedad y hacerla mejor. Que puedan formar sus propias familias y encontrar su propósito en la vida.

… Y los hombres se han vuelto cobardes

Me es un placer publicitar estos artículos de Elena García, compañera de fatigas de la Asociación MasFuturo. Espero que os gusten. Elijo este como ejemplo:

Así, poco a poco ha ido avanzando la desigualdad ante la ley o “discriminación positiva”, que se dice en la jerga actual, supuestamente para proteger a la mujer, ante la pasividad o la sonrisa condescendiente de los hombres en ciertas cuestiones.

Los hombres pues, se dividen hoy en dos grupos, los que hacen coro a las feministas radicales -sí, esas que obtienen pingües beneficios de las arcas publicas por, supuestamente, constituirse en defensoras de la mujer-, o los que callan porque no quieren enfrentamientos y quizá ver peligrar su posición en el trabajo. Es el caso de hombres que se encuentran en posiciones directivas o intelectuales. Tienen miedo a significarse y que les puedan adjudicar el calificativo de “machista”. Claro, vivimos en una sociedad donde se tiene miedo a todo tipo de apelativos que previamente han sido demonizados, como “machista”, “racista”, “homófobo”, “xenófobo”, “fascista”, etc., y todavía más a que te declaren como “odiador de…” y te adjudiquen un delito. El “crimen mental” de la película Minority Report ya ha llegado.

“Universo mujer”. Es el anuncio de una casa de productos de alimentación, también lo he visto en otras compañías comerciales. Me quedo perpleja. Tengo tres nietos y ahora resulta que no tienen universo, no sabemos por dónde andarán o cómo han sido relegados. Naturalmente empiezo a preocuparme. La primera pregunta que me hago es ¿por qué tiene una compañía comercial que promover ideología feminista radical -digo radical porque en España y Europa hace mucho que se estableció la igualdad ante ley para todos- en vez de limitarse a lo estrictamente comercial? Una de dos, o creen que la mayoría pensamos así y quieren halagarnos, o intentan hacerse eco de la ideología feminista radical pensando que es bueno estar a bien con los poderes que la difunden y apoyan. La mayoría silenciosa no dice nada, se limita a encogerse de hombres.  Y poco a poco las ideas van calando y haciendo que se considere normal lo que realmente no lo es.  

Las mujeres se han vuelto osadas, sí. Y los hombres se han vuelto cobardes. Con las consecuencias negativas que ambas actitudes conllevan. Hay que conseguir la cuota del 50%, cuando menos, de puestos que se suponen pueden interesar a las mujeres:

  • en las listas electorales, en los gobiernos, etc.
  • en reserva de plazas o cuotas políticas, en oposiciones de cuerpos en que la mujer esta infrarrepresentada (Ley Orgánica 3/2022).
  • en ciertos trabajos, no en todos,

O, también, presunción de inocencia para la mujer, pero no para el hombre, en conflictos o malos tratos entre parejas.

Se ha puesto de moda lo que se llama “discriminación positiva” respecto a muchos grupos, de mujeres, étnicos, etc. Los hombres, callados. Pensarán “ah, eso no va conmigo”; como respecto a muchas otras cosas que nos meten por los ojos hoy día. Eso no va conmigo hasta que llega el día que sí va, y si no va contigo puede ir con tus hijos o con tus nietos. Pero es la comodidad actual o la aversión al riesgo, la cobardía.

Y la batalla de las feministas radicales está en conseguir la famosa paridad siempre que se trate de trabajos deseables, no en aquellos otros que puedan resultar duros y con baja remuneración.