Las grietas en la Unión Europea no paran de crecer

Por su interés, reproducimos este artículo de José-Ramón Ferrandis:

Hace no tanto tiempo, cuando los representantes de los Estados Miembros (EEMM) de la Unión Europea firmaron en Tratado de Maastricht (1992), las perspectivas de la nueva entidad plurinacional que comenzó su andadura como Mercado Común Europeo (luego Comunidad Económica Europea) parecían brillantes. A pesar de sus evidentes limitaciones estructurales[1] e institucionales, la posibilidad de crear un nuevo superestado que pudiera jugar de tú a tú con los EE. UU., Japón, la RP China y quienquiera fuera apareciendo en el escenario internacional ilusionaba casi por igual a ciudadanos, empresas y políticos de los EEMM.

En 2023, las expectativas se han volatilizado por completo y la UE se halla inmersa en una crisis de la que difícilmente saldrá sin dejarse un buen puñado de pelos en la gatera. Si sale. Vean https://joseramonferrandis.es/cuando-se-jostidio1-europa2/

De entrada, el impulso de permanencia es negativo. Así como antaño, los EEMM pugnaban por hallarse mejor representados, obtener el máximo de beneficios de la pertenencia y mejorar su posicionamiento en el club, eso ya no es un objetivo hoy día. Es más, desde la materialización del BREXIT[2], son cada vez más los EEMM que contemplan la posibilidad y calculan los costes de la salida. Como sabe el lector, es un sencillo (conceptualmente) cálculo coste-beneficio dinámico, que se imposibilita prácticamente cuando el EM que lo toma en consideración está dentro de la Zona Euro: los costes del abandono del Euro son demasiado altos.

Los candidatos a la entrada, todos ellos con una renta per capita muy inferior a la media comunitaria, sólo buscan beneficios económicos[3]. Con la excepción de Rusia[4], Turquía[5] y Ucraina[6], los restantes son pequeños (incluso muy pequeños) países, que no plantean dificultades, salvo para ellos mismos. Nada les detendrá mientras cumplan los requisitos de entrada. Y aparentemente nada detendrá a los burócratas comunitarios[7] en su estampida por aumentar la masa de la UE, no importan las consecuencias.

Es una completa y desinhibida fuite en avant[8], tanto por los países tomados en consideración[9] como por los plazos que reclama Charles Michel[10].

Esta asimetría entre los intereses de quienes quieren entrar y los de quienes quieren salir pone de relieve por sí misma la decepción de los EEMM que han conocido la realidad de una UE totalitaria, frente a las necesidades de capitalización y de transferencias netas positivas a cambio de soberanía que buscan los candidatos a entrar. Lo que pase después no importa nada en absoluto a sus clases políticas. Sus garbanzos están a salvo. https://joseramonferrandis.es/quo-vadis-europa/

Ahora vamos a los datos referidos a un buen puñado de países, los más relevantes en todo caso. Los EEMM son 27[11]. Echemos un vistazo a varios de ellos, por orden de PIB, si les parece[12].

Alemania se debate en un escenario complicado, en el que intervienen múltiples factores. Hace poco publiqué esto https://joseramonferrandis.es/alemania-se-tambalea/ que lo pone de relieve. Aunque no ha pasado mucho tiempo, la situación es algo peor, y en ese sentido de empeoramiento seguirá salvo que se adopten medidas drásticas https://joseramonferrandis.es/en-alemania-pintan-bastos/. A la recesión de su economía (a pesar de la utilización de recursos energéticos contrarios a la doctrina oficial, Alemania, tan por encima de los demás EEMM, no paga por sus incumplimientos), a la desinversión en automoción e industria pesada[13] y a la descomposición social generada por la inmigración sin freno que posibilitó y reforzó la canciller Merkel[14], se suman la desafección de la población a los partidos dominantes y el vertiginoso ascenso de Alternative für Deutschland (AfD).

Según los sondeos efectuados por FORSA Poll (los de INSA del mes anterior eran más favorables a la AfD) entre los días 15 y 21 de agosto de 2023, que sitúan a esta formación en segundo lugar (21% de los votos[15]), muy cerca de la CDU (26%). El SPD se arrastra a gran distancia (17%). A su líder (Olaf Scholz[16]), que lo es de la coalición en el gobierno, se acusa de falta de liderazgo.

Mientras en la coalición gubernativa[17] se piensa en atacar a la AfD por todos los medios[18], el líder de la CDU, Friedrich Merz, valoraba en julio una aproximación a ese mismo partido a nivel municipal. Curiosamente, en agosto, se desdijo estentóreamente[19], no sin antes afirmar que la política energética es insostenible[20], como la burocracia de Bruselas[21], y que entrambas mantendrán a Alemania en recesión.

Recuérdese que AfD propugna reducir la UE al rango de unión económica, aunque muchos de sus líderes proponen el abandono por Alemania de la UE, considerada un proyecto fallido. En todo caso, su idea es reforzar la soberanía de los EEMM y eliminar el parlamento europeo y sus competencias, que serían devueltas a los parlamentos nacionales[22]. El límite está en la disolución de la UE y su sustitución por una Federación de Estados soberanos, una federación de naciones.

Francia se halla en una mucho mejor (menos mala sería más exacto) situación económica, con la garantía de energía limpia, barata y abundante que le confiere su parque de centrales nucleares. Mantiene el Tratado del Elíseo[23] y juega, junto con Alemania, el rol de elemento central de la UE. Desde una perspectiva social, la sociedad francesa está abierta en canal, con parte de su territorio fuera del alcance de las normas de la República por control que el islam ejerce sobre esas zonas. La solución no se encuentra a la vista. Los partidos políticos garantizan una profunda cisura en ese ámbito y una difícil salida de una situación que empeora constantemente.

La consecuencia es el porcentaje de aprobación del presidente Emmanuel Macron, que el 2 de agosto de 2023 contaba con una aprobación de un 23% y un rechazo del 63% (World Elects). La reforma del sistema de pensiones ha pasado factura. Frente a las elecciones europeas de 2024, tanto Marine Le Pen como Jean-Luc Melénchon pretenden modificar profundamente la Unión Europea. Para mejorar su suerte, Macron maniobra, esta vez oponiéndose a la inmigración[24].

De su presencia en las excolonias en África Occidental no cabe hablar ahora por ser un asunto enjundioso, que nos llevaría lejos del objetivo de este artículo, pero Francia va a tener dificultades para proveerse del uranio que necesita su parque nuclear.

Italia ha experimentado un terremoto político, con las fuerzas de la derecha en el poder y la figura de Giorgia Meloni (Fratelli D’Italia) engrandeciéndose por momentos. Los cambios en política energética (saliendo fuera del corsé comunitario, creando un gran desarrollo de las relaciones contractuales con Qatar y Argelia), migratoria y de relaciones internacionales (ruptura clara con la RP China[25], mejores relaciones con los EE. UU.[26], reforzamiento de las existentes con el Reino Unido[27]), están marcando significativamente el gobierno de Meloni.

La situación de la inmigración ilegal procedente de Libia está alcanzando cotas nunca vistas, con entre 400.000 y 700.000 inmigrantes esperando pasar el Mediterráneo desde las costas de Libia con destino Italia[28]. De momento, 101.386[29] ya lo han conseguido[30] entre el 1 de enero y el 16 de agosto de 2023. La posición de Meloni queda resumida aquí (100) Extraordinary speech by Giorgia Meloni on UN Global Compact in Italian parliament, English subtitles – YouTube

España es el siguiente en función de su PIB. No tocaremos hoy el conjunto de problemas que nos aquejan, gracias en gran parte a un gobierno que encabeza el ranking de los más incompetentes e intervencionistas de nuestra historia reciente.

En los Países Bajos va a haber elecciones en noviembre de 2023. Tras la enorme sorpresa que supuso la entrada en liza del partido de los agricultores[31], configurado en tiempo récord contra las políticas destructivas de la UE, el partido Nuevo Contrato Social, liderado por Pieter Omtzigt, prepara el asalto al Parlamento de los Países Bajos. Esa formación es la primera en las encuestas de 19 de agosto de 2023 (Peil Poll), con 29 escaños. Su ascenso desde la nada condena a pérdidas de representación a prácticamente todos los demás partidos. La interpretación es inequívoca; los holandeses, hasta hace bien poco un bastión de la UE a pesar de su poca entidad demográfica en el seno de la Unión, se oponen cada vez más, y más frontalmente, a las políticas de Bruselas. Inmigración incluida[32].

Polonia está reclamando un papel de mayor importancia en Europa, en la UE y hasta en la OTAN. País fronterizo con Bielorrusia[33] y con Alemania, su historia obliga a su pueblo (y a sus líderes, que en este caso lo son) a estar muy atento a cuanto acontece allende sus fronteras. Miembro del Grupo de Visegrad[34], crítico con la Unión Europea, mantiene una política restrictiva respecto de las inmigraciones masivas que propicia la Comisión Europea. Tan es así que ésta, sobrepasando los límites de la racionalidad y las obligaciones que se derivan del Derecho Internacional, está imponiendo multas[35] a Polonia (como lo hace con Hungría) por “vulnerar el Estado de Derecho”, eufemismo que significa que Polonia (y Hungría) no cumplen con los dictados comunitarios en alguna materia concreta.

Mientras la economía polaca crece de manera sostenida y su soberanía no sufre más de lo que le corresponde al haber delegado tantos ámbitos nacionales en la amalgama comunitaria, sus dirigentes van a plantear un referéndum sobre cuatro cuestiones[36] distintas, simultáneamente a las elecciones generales previstas para el 15 de octubre de 2023[37]. Además, el primer ministro Kackzynski ha rechazado la política climática de la UE[38] y se niega a suscribir el Fit 55 u Objetivo 55[39], que asegura (con toda la razón, n. del a.) favorece a los ricos y castiga a los pobres, además de ser una carísima[40]imposición, que Polonia no va a tolerar[41].

Además, el gobierno polaco[42] está vinculando públicamente las políticas de la UE con la voluntad de Alemania, una de sus némesis históricas, lo que ahonda todavía más el rechazo de la población y, por ende, las grietas que aparecen en la UE.

En términos generales, las posiciones cada vez más críticas con la UE se extienden por todo el subcontinente. La UE ha sido salvada de males mayores por la guerra desencadenada en Ucraina por Rusia, que ha amalgamado temporalmente posiciones entre UE y EEMM (con la excepción de Hungría) frente a Rusia. Pero el rechazo subyace y persiste. La razón global es que los burócratas europeos se han arrogado mucho más poder del que se les dio en su día. Eso ha ido en detrimento de las soberanías nacionales. Y además, la deriva de estas gentes sin patria empeora. La política de inmigración masiva sigue vigente, al mismo tiempo que aprueban leyes cada vez más restrictivas con la excusa del llamado “cambio climático”, esa obviedad que acontece siempre, lo quiera el ser humano o no lo quiera.

Los últimos escándalos fitosanitarios adjudicados a los tratados de libre comercio[43] y la aprobación de la ley de restauración de la naturaleza[44] son gotas que colman el vaso, ya casi lleno por las barbaridades referidas a energía y vehículos eléctricos.

Visto lo esencial del rechazo a la UE en su actual configuración, en aras de la necesaria brevedad del texto, vamos a repasar por encima la situación en algunos de los restantes EEMM.

En Suecia El partido Demócratas Suecos, que tras las elecciones parlamentarias celebradas el 11 de septiembre de 2022 resultó la segunda fuerza más votada, ha entrado en un acuerdo de gobierno con el Partido Moderado, los Demócratas Cristianos y los Liberales. Están imprimiendo un giro copernicano a la política reciente sueca. Desean recuperar competencias para Suecia, así como controlar la inmigración desordenada, recuperar el orden público y racionalizar la generación de energía. Suecia ha decidido abandonar su anterior ilusorio objetivo de lograr el 100% de electricidad sin recurso a los hidrocarburos[45].

Finlandia. En las elecciones de abril de 2023, los finlandeses votaron claramente contra la inmigración masiva e ilegal y contra una UE que fagocita cada vez más porciones de soberanía finlandesa[46]. De hecho, la actual coalición de derecha, liderada por el partido Kokoomus (Coalición Nacional) y apoyado por tres partidos más[47], tiene como objetivo salir de la UE a largo plazo[48]. Si no lo plantea ahora es por las interferencias que genera el acercamiento finlandés a la OTAN a raíz de la guerra de Ucrania.

Terminemos hablando de Hungría, la bestia negra de Bruselas desde hace años. Hemos tratado de las relaciones bilaterales (si se me permite la expresión) en varios artículos, como estos: https://joseramonferrandis.es/hungria-bajo-la-bota-sovietica/ https://joseramonferrandis.es/un-magnifico-primer-ministro-hungaro/ y https://joseramonferrandis.es/hungria-da-la-cara/.

Los desencuentros no son nuevos. Nacieron en lo esencial durante la crisis migratoria desencadenada por la canciller Merkel en 2015. La tensión ha ido in crescendo por asuntos tan profundamente disolventes como la hipersexualización de la infancia que propicia Bruselas, la promoción de la ideología de género tan cara a la progresista burocracia comunitaria y la suicida política energética, que Hungría no va a asumir, entre otros motivos. El enfrentamiento, enormemente asimétrico, continúa[49].

La UE sigue en su dinámica totalitaria y despótica. Ya verán. Ya veremos.

[1] La falta de una adecuada autoridad fiscal única y la obvia ausencia de un ejército común son los más relevantes.

[2] El BREXIT nunca fue una cuestión económica, sino de soberanía. La UE había ido demasiado lejos.

[3] Los militares se los da la OTAN.

[4] Su aproximación a la UE se ha desvanecido, aunque siempre resultara descabellada.

[5] Que plantea problemas de todo orden.

[6] Vaya por delante que Rusia y Ucraina no van a integrarse juntas, ni tampoco de manera sucesiva. Lo de Rusia es un constructo teórico de visionarios sin capacidad analítica estratégica, simplemente. Y Ucraina no va a cumplir con los requisitos de acceso en mucho, mucho tiempo. De aceptar el Consejo Europeo estudiar su acceso y la Comisión analizar benévolamente el caso, hasta llegar eventualmente a eludir los cumplimientos técnicos exigidos a los 27 EEMM (los llamados “criterios de Copenhague” (que consisten en tener una democracia estable, ser un Estado de Derecho, disfrutar de una economía de mercado en funcionamiento y aceptar el acervo legislativo comunitario), otra (esta gigantesca) crisis estaría servida.

[7] Guy Verhofstadt, político profesional belga, en este momento presidente de la Conferencia sobre el futuro de Europa, avanza las líneas maestras: creación de unas fuerzas armadas de la UE, fin de la unanimidad requerida en ciertas votaciones clave, fin del derecho de veto de los EEMM, listas transnacionales…

[8] Huida hacia adelante, pero lo dejo en el idioma original de la frase.

[9] Que incluyen a Ucraina y, pásmense, a Turquía. Hasta 10 se contemplan.

[10] El presidente del Consejo indicó el 28 de agosto de 2023 en el Bled Strategic Forum. que la fecha para la incorporación de los países de los Balcanes occidentales (Albania, Bosnia-Herzegovina, Macedonia del Norte, Moldavia, Montenegro y Serbia) es 2030 (la cifra, 2030, no es casual). El presidente del Consejo Europeo se extralimitó en sus competencias, que corresponden a la Comisión, la cual no tardó ni un día en desautorizar a Michel. El presidente del Consejo también se adelantó, pues este es un asunto que se debía tratar en el próximo Consejo Europeo que tendrá lugar en Granada en octubre de 2023. La batalla de personalidades que enfrenta a Ursula von der Leyen con Charles Michel se remonta a los tiempos de la pandemia, cuando ambos buscaban el máximo protagonismo. Igual cuando las instituciones europeas encuentren a alguien dispuesto a servirlas en lugar de servirse de ellas, las cosas mejoran un tanto, aunque este sea un tema marginal.

[11] Aquí los tienen: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania y Suecia.

[12] Los pueden encontrar bien ordenados aquí https://datosmacro.expansion.com/paises/grupos/union-europea

[13] Las empresas alemanas invierten más que nunca en el extranjero. Lo hacen mucho más que en la propia Alemania. En 2022, según el Instituto para la Economía Alemana, las empresas germanas invirtieron en el extranjero 135,5 millones de euros, por tan sólo 10,5 millones de euros en su propio país. Así es la receta de Alemania para salir de su crisis: menos impuestos y menos burocracia | Economía (elmundo.es)

[14] Merkel cometió el error inicial, continuado y profundizado por el SPD, Los Verdes y los liberales, pero ya la CDU afirma que la inmigración es insostenible y que, de no detenerla, “estallará en nuestra cara”. Eso exigirá controles en frontera y deportaciones inmediatas de inmigrantes de Moldavia, Georgia, Túnez, Marruecos y Argelia. (The Times, 30 de agosto de 2023).

[15] Aunque en diferentes Länder de la antigua RDA llega al 30%.

[16] ¿Quién?

[17] Y en la presidencia del país (Steinmeier), así como la prensa (Der Spiegel) y Los Verdes. La excepción es la CDU. Y desde fuera, hasta el gobierno francés critica a AfD.

[18] Incluidas las instrucciones a la agencia de inteligencia estatal de que controle estrechamente a la AfD.

[19] Eso sí, no sin antes asumir los postulados antiinmigración de la AfD.

[20] De hecho, solicitan menores impuestos sobre la energía y reconectar con las centrales nucleares decomisionadas por la actual coalición en el gobierno. De hecho, la emisión extra de CO2 a la atmósfera por encima de los objetivos de la UE, unos 150 millones de toneladas, supondrán una multa de la UE de entre 7.500 millones de euros y 30.000 millones de euros. Ya veremos cómo se va reconduciendo eso.

[21]«Un 47% de la carga burocrática de las empresas germanas viene de implementar el derecho europeo», recordaba el 30 de agosto de 2023 en el palacio de Meseberg el político liberal y ministro de Justicia, Marco Buschmann. Así es la receta de Alemania para salir de su crisis: menos impuestos y menos burocracia | Economía (elmundo.es)

[22] Aunque, de momento, en los sondeos de la empresa INSA, AfD tendría el 23% de los votos, con un incremento respeto de los obtenidos en 2019 de más del 50%.

[23] Firmado en 1963 entre Konrad Adenauer y Charles de Gaulle.

[24] “Francia debe reducir significativamente la inmigración”.

[25] Con el abandono por Italia de la Belt and Road initiative (decisión conocida el 30 de julio de 2023), medida firmada por el anterior gobierno italiano, único país de la UE en hacerlo (2019).

[26] Reunión con el presidente Biden en Washington el 28 de julio de 2023.

[27] Reunión con Rishi Sunak en Londres el 27 de abril de 2023, reforzando las áreas de interés común en materia de inmigración, defensa y relaciones con Ucraina.

[28] Sunday Times, 20 de agosto de 2023.

[29] El doble que en 2022 y el cuádruple que en 2021 (Euronews).

[30] Procedentes de Bangladesh, Egipto y Túnez, sobre todo, donde las guerras no están ni se las espera.

[31] Que obtuvo la victoria en las elecciones provinciales de marzo de 2023.

[32] Esa es la posición hasta del Partido Socialista, quinto de orden en número de escaños.

[33] Estrechísimo aliado de Rusia.

[34] https://cemeri.org/enciclopedia/e-que-es-grupo-visegrado-av

[35] Es 1.000.000 de euros diarios por, sedicentemente, cambios incorporados por Polonia a su sistema judicial que a la Unión Europea le parecen controvertidos.

[36] La referida a la inmigración estará redactada así, probablemente: “¿Apoya usted la admisión de miles de inmigrantes ilegales procedentes de Oriente Medio y África bajo el mecanismo forzoso de reubicación impuesto por la burocracia europea?

[37] En las que la clave del partido del gobierno será frenar la inmigración procedente de África y Oriente Medio, que recibe un gran apoyo en la sociedad polaca, contra las decisiones del Consejo de la UE.

[38] Que pretende cierre la mina de lignito de Thurow, mientras Alemania explota sus recursos de idéntico carbón sin penalizaciones. La multa es de 100.000 euros diarios, lo que se rechaza desde Polonia, que ve en la mina la manifestación de su soberanía.

[39] La legislación europea sobre el clima obliga a los EEMM a reducir sus emisiones en un 55 % (como mínimo) en 2030 respecto a los niveles de 1990 (la elección de las fechas no es casual. Pueden consultarlo aquí https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/ Detrás de esta barrera se alza el muro de la concepción de una UE climáticamente neutra (El término “climáticamente neutral”, o “carbono neutral”, o Net Zero, se refiere al estado en el que las emisiones netas de gases efecto invernadero (GEI) expelidas a la atmósfera equivalen a cero. Ello obliga a compensar las emisiones de GEI con absorciones similares.) Y ello con un horizonte: 2050. En la normativa europea, Fit for 55 es el nombre que recibe el paquete de medidas y actuaciones para acelerar el objetivo de reducción de GEI (no nos engañemos: se refiere al CO2, sin mención alguna al vapor de agua, evidentemente).

[40] Su instrumentación costaría a Polonia 530.000 millones de euros.

[41] Para que se hagan a la idea, las medidas necesarias en el Reino Unido (calculadas en 2023 y, por tanto, muy posteriores al BREXIT) para alcanzar Net Zero en 2050, serían de 1.400.000.000.000 de libras, o sea, un billón 400 mil millones, pagaderos con cargo a impuestos, claro está. Y como todos saben, sería del todo inútil, pues las redes eléctricas tendrán que seguir contando con carbón, gas, uranio y derivados del petróleo, mientras China domina el orbe. Esto, en el Reino Unido, que ya no está en la UE. El sumatorio de costes de los EEMM sería asimismo cuantificable. Referéndums al respecto se ven venir.

[42] Del partido Ley y Justicia.

[43] Cuando son tan sólo una aplicación asimétrica de las normas de protección al consumidor.

[44] La norma forma parte del Pacto Verde Europeo y la estrategia de biodiversidad 2030. Su sedicente objetivo es establecer medidas de restauración y recuperación de ecosistemas dizque degradados. Afectarán al menos al 20 % de las zonas terrestres y marinas de la Unión Europea para 2030 y a lo que los burócratas de Bruselas digan que necesiten restauración para 2050. Esta legislación amenaza directamente a los medios de vida tradicionales de los agricultores, pescadores y forestales europeos, alterarán las cadenas de suministro, reducirán salvajemente la producción de alimentos, aumentarán los precios para los consumidores y nos harán dependientes de los suministradores exteriores.

[45] En palabras del ministro de finanzas sueco, «Necesitamos más producción eléctrica, necesitamos energía limpia y un sistema energético estable». Nada mejor que volver a confiar cada vez más en la energía nuclear.

[46] Que el anterior gobierno de Sanna Marin no cuestionaba en absoluto.

[47] El Partido de los Finlandeses (PS), el Partido Popular Sueco (RKP) y los Demócratas Cristianos (KD).

[48] Es una estrategia explícita del Partido de los Finlandeses.

[49] Hungría va a utilizar su condición de miembro de la OTAN para mejorar sus posibilidades. Bruselas manipula al Parlamento Europeo para que presione (lo hizo en votación del 1 de junio de 2023) en favor de retirar la presidencia europea a Hungría el segundo semestre de 2024. Los argumentos de la izquierda para tamaña barbaridad sin precedentes se refieren a sus preocupaciones sobre el estado de la democracia en Hungría, que se patentizaría en falta de transparencia, mala gestión de los fondos UE, contratación pública opaca, conflictos de intereses, fraude y corrupción. Hablo del gobierno de Hungría no del de España, no vayan a pensar. Comprueben que no hablo de control del poder judicial por el ejecutivo, destrucción del patrimonio de generación de energía, regalo a terceros países de recursos estratégicos, incumplimiento de las obligaciones derivadas de la normativa constitucional y un largo etcétera. El gobierno español no recibe reprimenda alguna. Viktor Orbán puede presentar la embestida comunitaria como discriminación política, que lo es.

¡Lectura para vacaciones y para no vacaciones!

De la mano de Aceprensa, presentamos esta selección de novelas y relatos de reciente aparición que pueden reportar agradables horas de lectura. Y si sencillamente te apetece regalarte o regalar un buen título, nuestra sección de Libros es para ti. ¡Cada semana, una variada lista de obras para elegir!

Además, por su interés cultural hacemos referencia a estos dos artículos sobre política internacional, que pueden ayudarnos a tener un espíritu más crítico, en donde las opiniones se basen en una comprensión personal de la realidad del mundo contemporáneo, no en slogans y mentiras con que nos bombardean continuamente los políticos:

  • Uno, sobre «Cien años de Henry Kissinger, teórico y político westfaliano«, que como comenta FERNANDO ALVAREZ ALONSO, «Buen artículo. Se echa de menos —siendo Aceprensa— una mención a su visión Malthusiana del mundo, puesta de manifiesto en el famoso informe Kissinger, cuyo terrible influjo persiste de modo tan acendrado en la época actual.»
  • Otro sobre «Hélène Carrère d’Encausse, cronista del pasado soviético y del presente ruso«, que presenta una obra como “la aportación más sustanciosa que se haya dado en las últimas décadas al conocimiento de la Unión Soviética y Rusia, uno de los temas esenciales para la comprensión del mundo contemporáneo”. Pero, como comenta el autor del artículo, Antonio R. Rubio, «Obsesiones históricas y rencores forman parte de esos planteamientos en los que Rusia no puede permitirse el aparecer como derrotada, aunque sus pérdidas sean grandes en el campo de batalla. Pero dichos planteamientos alejan cada vez más a Rusia del destino europeo en el que creía Carrère d’Encausse en los años de la posguerra fría. No cabe duda de que la historiadora ha sabido comprender la historia reciente rusa, incluido el régimen de Putin, y también su fatalismo, del que ni siquiera ella, una prestigiosa historiadora francesa formada en el espíritu de la Ilustración, ha podido librarse.»

Las dos alas Nº7

Por su interés, publicamos este artículo de Aceprensa: Análisis, hilos de Twitter, podcasts, videos… Contenidos para pensar la realidad cultural en que vivimos y los debates públicos del momento, desde una perspectiva cristiana.

Se alarga la época de elecciones, con la lógica inflación de discursos, debates y opiniones, palabras y gestos. Aprovechando que la cosa va a seguir así unas semanas, proponemos aquí dos temas ligados a la política. Por una parte, algunas ideas a propósito del lenguaje de la política o, mejor dicho, el lenguaje de los políticos (y no solo el que usan, sino el que podrían usar). Por otra, la visión que proponía Benedicto XVI, de una política que argumentara y actuara “como si Dios existiera”. Lejos de ser una postura meramente confesional, distintos autores se han sumado a esa visión ampliada y enriquecida de la razón pública. Finalmente, junio es también el mes de la EVAU, y en torno a ese acontecimiento aparecen siempre reflexiones sobre la Universidad. Ofrecemos una breve selección, así como una Miscelánea con algunas propuestas para el verano que está ya (para algunos) a las puertas.

Cuidar las palabras

El nivel de las conversaciones públicas tiene que ver también con el uso del lenguaje. Se trata de un tema antiguo y a la vez actual, especialmente en época de elecciones. Cuando estábamos aún en la última campaña, Contreras Espuny escribía sobre el lenguaje, la realidad y la manipulación de las palabras. Es indudable la ligazón entre el poder y la palabra. Él mismo cita en su artículo el ensayo de Klemperer sobre la lengua del Tercer Reich. Grau Navarro lo diseccionó muy bien hace unos años en Nueva Revista. Aunque no faltarían ejemplos actuales, otra referencia obligada al hablar de las armas y las letras es G. Orwell, de quien Página Indómita ha publicado una nueva recopilación de ensayos sobre el escritor y la política.

M. Gumpert se ha referido también recientemente al mismo argumento en Nuestro Tiempo. Por su parte, D.Gascón hablaba en El País de palabras que se utilizan para oscurecer la realidad, más que para iluminarla, y cómo, a veces, se hace preciso entenderlo todo al revés: “inclusivo es una palabra que se utiliza para excluir a alguien y diálogo señala a aquellos con los que no se hablará nunca”. En la misma línea, The Economist alertaba de cuáles son, en su opinión, las palabras más vacías en el mundo de los negocios: las escuchamos a diario.

Claro que el lenguaje no solo sirve para manipular. Rodríguez-Rubí, consultor político, abogaba en La Vanguardia por la calidad de nuestras palabras: “recuperar la calidad de nuestras palabras públicas es imprescindible para que la política se entienda y, sobre todo, para que tenga sentido de utilidad y de inspiración para la mayoría”. Y Meseguer planteaba que cuidar las palabras es una forma de resistencia, mientras sugería que, a la máxima “Grita más y te harán más caso”, se le podría oponer otra más luminosa: “Cuida las palabras y haz el bien, aunque no se note”. Siempre es posible seguir el consejo de Scruton que, refiriéndose precisamente a Orwell, sugería “mirar el mundo con ojos nuevos, usando el lenguaje natural de las relaciones humanas”.

“Vivir como si Dios existiera”: sobre cristianismo y política

Aunque este  año hemos hablado otras veces de la relación entre el cristianismo y política, destacamos ahora algunas referencias a raíz de la publicación del libro Vivir como si Dios existiera, una antología de textos de Benedicto XVI que ha editado Ricardo Calleja (lo han reseñado José María Carabante y Miguel Angel Garrido, y este breve vídeo hace un buen resumen). Frente a la propuesta iluminista de que la idea de Dios es una rémora para la razón, y que en orden a evitar los conflictos conviene actuar en la vida pública “como si Dios no existiera”, la propuesta de Ratzinger, dirigida a creyentes y no creyentes es justamente la contraria: concebir la política como el ámbito de la razón y la verdad. Se trata de un ámbito no determinado por las creencias religiosas, pero en el que se propone una razón ampliada e iluminada por la fe, que es capaz de conocer los principios morales y de abrirse a las principales preguntas sobre el ser humano.

Para Victor Lapuente, este enfoque es válido y muy conveniente en la vida ciudadana, por su utilidad funcional: las creencias religiosas (así como la idea de patria) mejoran la sociedad, pues disciplinan a los ciudadanos en torno a un bien común. Además de su libro Decálogo del buen ciudadano, reseñado  por Ramón González Férriz tienes esta reciente conferencia en la Fundación Tatiana (1h 26’). También sobre política y valores se habla en esta breve entrevista de Diego Garrocho a Julio Llorente (podcast-20’) con ocasión de su Tercera de ABC del 31 de mayo. La conversación reivindica una concepción de la función pública que no se reduzca a la gestión de asuntos económicos, sino que tenga en cuenta también los valores que permiten plantear un modelo de vida social. En este contexto, al preguntarse sobre si sale a cuenta o no la virtud en la vida política, mencionan una interesante entrevista a Michael Ignatieff.

Más centrados en la situación específica de España, se pueden señalar otras referencias. Por un lado, una entrevista a Francisco Vázquez en la que explica cómo ser católico y de “izquierdas”. Por otro, un interesante artículo de Joseba Louzao sobre la situación de la Iglesia en España, que enlaza con algunas tesis de Chantal Desol sobre el “fin de la cristiandad” (lo mencionamos ya en el nº5 de este newsletter). También es interesante esta valoración de Hasel-París Álvarez sobre el posicionamiento de los distintos sectores políticos ante lo que denomina la “nueva guerra religiosa”. Por último, sorprenden las pocas reacciones a la decisión del gobierno de incluir en la exención del IBI a todas las religiones reconocidas. En su línea habitual, Sergio del Molino utiliza el  lugar común de la necesidad de afrontar los privilegios de la Iglesia, mientras que Elisa Beni se pronuncia con un análisis ponderado (y argumentado) sobre el significado del concepto de laicidad y la neutralidad del estado ante el hecho religioso.

Universidad: una oportunidad de renacer

De distintos modos se han hecho en los últimos meses algunas reflexiones interesantes en torno a la Universidad. Alberto Olmos se planteaba si realmente la Universidad ofrece algo distintivo y que valga la pena. Por una parte parece que sí: “Siempre he pensado que la universidad, lejos de hacerte válido para un trabajo o de darte siquiera conocimientos básicos, lo que te proporciona es una estructura mental adulta, sólida y determinante. Más que saber cosas, sabes que no las sabes y también dónde podrías encontrarlas cuando lo necesites”. Por otra, ¿es eso lo que ofrece la Universidad actual?

Un artículo de Nathan Heller en The New Yorker señala el descenso generalizado de las Humanidades, a no ser en formatos de educación online. Lo ponía en relación con la escasa financiación y las dificultades para entrar en el mercado laboral. Por su parte, Nueva Revista recogía ese mismo artículo y mostraba cómo en España la tendencia no es exactamente esa. Además, se hacía eco de las voces que han defendido recientemente el valor de las Humanidades, como la de Robert Barron, que citamos en un anterior servicio. Volviendo a EE.UU, David Herman contestaba el artículo de The New Yorker, señalando como posible causa de la crisis de la formación humanística el auge de la cultura woke. En muchos campus americanos (y no solo) es ya larga la lista de temas de los que no se puede hablar, de expresiones que no se pueden usar, de autores que no se pueden leer. En ese sentido se expresaba también Pablo de Lora en una sarcástica pieza de opinión.

Otro artículo de fondo es el que publicó J.F. Keating en First Things (aquí, una glosa del mismo en español). Aunque en buena medida tiene que ver con el desarrollo de las Universidades católicas en EE.UU., plantea también algunas cuestiones universales. De hecho, llega a la misma conclusión de la sustitución de los valores propios de la institución universitaria por otros planteamientos, sea de corte utilitarista, sea en línea con las derivas woke. Frente a esos extremos, se encuentra el modo en que Sohrab Ahmari ponderaba el valor de la tradición universitaria, siguiendo el modelo de lectura y discusión de grandes libros, en un discurso de graduación que pronunció recientemente. Sobre el origen e identidad de la Universidad es interesante también esta conferencia de Higinio Marín, de inicios de año. Después de ser nombrado rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera ha vuelto a exponer sus ideas, ahora en relación con el modo de ponerlas por obra.

Miscelánea… de verano

  • De cara al verano, este podcast recoge un diálogo con Pablo Alzola sobre su libro El silencio de Dios en el cine, donde se encuentran sugerencias de lo más variado. En cambio, para quien prefiera los libros, ha aparecido Novelas que dejan huella, de Hilario Mendo.
  • Un poquito de poesía, con esta invitación de Armando Pego Puigbó a descubrir la Europa de Julio Martínez Mesanza, y esta otra de Daniel Capó a leer a Álvaro Petit.
  • Y un poco de ensayo también, con esta entrevista a Aniceto Masferrer, catedrático de Derecho, sobre su libro Libertad y ética pública, en el que (y en la que) habla de la “libertad, la necesidad de estimular el pensamiento crítico y fomentar el diálogo, la sociedad civil, el Derecho o las ideologías”.
  • Ha aparecido un libro póstumo de Joaquín Navarro-Valls, que recoge algunos de sus recuerdos al lado de Juan Pablo II. Muchos de ellos, por cierto, muy ligados a las vacaciones veraniegas en los montes.
  • Una entrevista en la Cadena SER de Aimar Bretos al nuevo arzobispo de Madrid, José Cobo, ha tenido gran eco en las redes sociales y algunos buenos análisis, como este de Ana Zarzalejos.

Paloma Blanc: “Debemos convertir en prioridad política y social que ser padres no sea una carrera de obstáculos”

Ahora que tan poco se habla de lo que verdaderamente interesa en política, quizás sea de interés este articulo en Aceprensa de ÁLVARO SÁNCHEZ LEÓN, que podríamos resumir así: «Ser madre de una familia numerosa es un proyecto personal que sale muy caro, pero que merece muchísimo la pena. Apostar por un hogar con nueve hijos supone un esfuerzo evidente, pero para nosotros era un proyecto fundamental».

Paloma Blanc (foto: Santi G. Barros)

Paloma Blanc Muro de Zaro (Madrid, 1979) es experta en Comunicación, esposa, madre de nueve hijos e influencer, en el sentido positivo de una expresión popular que merece una tesis y que todavía no avala la Real Academia Española. Es la sonrisa realista sin filtros que da la cara en Instagram tras la cuenta de @7paresdekatiuskas.

Una casa en efervescencia. Alegrías y agobios. Fiestas y bajones. Cumpleaños y gripes. Música y preocupaciones ordinarias. Un roto en el calcetín y una ganga de Primark. Dudas y certezas avaladas por la mili de una mamá crónica. Una receta de tortitas. Unos trucos de ahorro. Unas ideas de decoración. Rebajas. Planes familiares. Preguntas. Respuestas. Sorteos. Días agotadores. Propuestas reparadoras. Dos furgonetas con nombre propio camino de Asturias. Secretos de Reyes Magos. Actos académicos para todas las edades. Colegios, uniformes, tutorías y EBAU. Actividades extraescolares. Sugerencias para descansar. Fotos de matrimonio. Momentos de solteros. Audacias, ilusiones, horizontes, emociones, alertas, pensamientos, oraciones, chistes, ocurrencias, paseos en voz alta, confidencias y ganas de compartir lo bueno.

La productora que estudió Comunicación Audiovisual relata con arte el trajín de su once ideal más real que la ficción. Y, entre medias, muchas cuestiones de fondo que sujetan la estructura convirtiendo la maternidad en una aventura maravillosa, aunque muchas veces se tire con ojeras y se desee con todas las fuerzas del alma escaparse a una casa rural con una sola habitación, sin pisar la cocina, sin mirar el reloj y sin atisbos de cobertura: lejos del bullangueo habitual y pulsando el stop de la noria del hámster en la que ruedan, generalmente, las biografías aceleradas de las madres y padres que afrontan todas sus responsabilidades como si salir adelante con holgura y dignidad fuera una clase de triatlón olímpico con sus vallas y sus mallas de apretura.

Mix entre Madrid, Sevilla y Asturias. Centro, sur y norte. El equilibrio de la sana normalidad en el epicentro de las redes con prevención para no enredarse “en el lado oscuro”. En el mes de las matrículas de honor con “progresa adecuadamente y destaca” para todas las madres buenas que han liderado con gracia el curso de sus hijos, nos bajamos al parque a mover el balón rematando a portería. Es la hora exacta entre la media jornada laboral y la sirena para ir a por los niños al colegio. Al otro lado de las siestas, la fiesta de ser madre y disfrutar en el intento.

“La efervescencia de la maternidad en positivo que expresa nuestra cultura actual es el reflejo de una necesidad social y personal”

— España se encamina a ser el país más envejecido del mundo a partir de 2040. No será por tu culpa.

— [Risas]. Claramente, no será por nuestra culpa. Es una pena que un país con tanto potencial como el nuestro pase a liderar estadísticas de este estilo que, además, se pueden prever priorizando política y socialmente medidas que incentiven las familias amplias y la natalidad. Pero, efectivamente, los datos dibujan ese horizonte negativo. Muy probablemente, se tomarán medidas cuando ya sea un poco tarde. Ser un país joven, donde las familias crecen y donde aumenta la población infantil, trae beneficios para todos y en todos los órdenes. Yo no puedo más que recomendarlo vivamente por propia experiencia.

— Ser madre de familia numerosa es, también, responsabilidad social. Pero parece un proyecto personal muy caro.

— Ser madre de una familia numerosa es un proyecto personal que sale muy caro, pero que merece muchísimo la pena. Apostar por un hogar con nueve hijos supone un esfuerzo evidente, pero para nosotros era un proyecto fundamental. Guillermo y yo tuvimos desde siempre la idea de montar una familia numerosa y abierta, y lo hemos conseguido. Lo ideal sería que poner en marcha familias así no supusiera excesivos costes personales para quienes deciden tirar por este camino, porque yo estoy convencida de que es también responsabilidad social. Debemos convertir en prioridad política y social que ser padres no sea una carrera de obstáculos.

“La conciliación es una farsa. Las propias mujeres nos hemos puesto un listón casi utópico”

— FeriaCinco LobitosLa maternalGirasoles silvestres… Últimamente, en la cultura española se habla mucho de maternidad.

— Efectivamente, en el cine y en la literatura contemporánea, al menos en España, se está hablando mucho de maternidad y, poco a poco, se está recuperando un prestigio que se había diluido por muchas razones diversas. La maternidad siempre ha sido un tema relevante en la cultura, pero sí, últimamente parece que se pone el acento en lo positivo. En las redes sociales también se observa un profundo respeto por las madres que comparten su desempeño y exponen con equilibrio todo lo que enriquece ser madres en un mundo, a veces, más individualista de la cuenta. Yo creo que esa efervescencia de la maternidad en positivo expresada en nuestra cultura actual es el reflejo de una necesidad social e incluso un deseo personal de mucha gente que no ve colmadas sus aspiraciones más profundas por otros derroteros.

— Quizás se habla menos en la cultura y en la opinión pública de natalidad, aunque, tal vez, es la mejor manera de hablar de futuro.

— Totalmente. Las sociedades que respaldan la natalidad con palabras y con hechos son las que tienen un futuro más prometedor y más estable. Es una cuestión de lógica numérica. Las tasas de natalidad en Europa y en España están como están. El feminismo, si quiere ser verdaderamente constructivo, todavía tiene el reto de conectar mujer, maternidad y natalidad. En la opinión pública, tener hijos todavía se ve mayoritariamente como una limitación y una pérdida de oportunidades personales. Esa visión cambia notablemente cuando miramos de nuestras casas hacia dentro. Los enfoques reduccionistas no suelen sacar partido a nuestras mejores posibilidades como personas y como sociedades. Para nosotros, ser padres es algo que tiene que ver con la esencia de nuestra felicidad.

 Dices que ser padres en este contexto social, económico y laboral es muy complicado. No nos enseñan a ser mujeres/hombres-orquesta. La consecuencia es que la natalidad está en 1,23 hijos por mujer y que hay pueblos de la España vacía con menos habitantes que los que vivís en tu casa.

— La conciliación es una farsa. Es imposible llegar bien a todo como madres, padres y profesionales en este mundo complejo. Ser las mejores en el trabajo, tener la casa perfecta, cuidarse, cultivarse, ser la más divertida, aportar en redes sociales, estar a la última… Las propias mujeres nos hemos puesto un listón casi utópico, y eso genera estrés, tensión y frustraciones difíciles de digerir. Aceptarlo y ser realistas es un primer paso importante para gestionar las cosas con sentido común, priorizar y organizarse. Hacen falta políticas públicas que fomenten una conciliación posible. Laboral y económicamente, a veces ser padres se plantea como un precipicio, y ese horizonte es letal.

— En tu historia como madre hay un momento de reset en el que decides que ser imperfecta no significa ser una mala madre, y que vas a poner toda la carne en el asador, pero aceptando que no eres una superwoman.

— Cuando tuve a mi tercer hijo me sobrepasó la situación, porque no me había ordenado. Volvía a estar embarazada, mis padres y mis suegros vivían en otra ciudad, yo necesitaba ayuda y no llegábamos a todo. Me pasaba el día llorando, angustiada, entre otras cosas, porque no quería ser una madre así, en constante supervivencia. En un momento determinado, la hija que gestaba dejó de crecer y los médicos me recetaron reposo absoluto. ¡La naturaleza es sabia! Así que paré. Dejé de dar vueltas como un hámster y empecé a levantar pilares sólidos para ser la madre que quería ser. Frené. Empecé a estar más pendiente de mis hijos, a escuchar, a estar atenta a las necesidades de cada uno, siendo muy consciente de mis imperfecciones. Poco a poco todo fue tomando un sentido nuevo y una ilusión renovada. Aunque sigo arrastrando muchas limitaciones evidentes, conseguimos organizarnos mejor y seguir adelante con el proyecto que teníamos entre manos. Y no nos está saliendo tan mal…

— ¿Los hijos valoran ese esfuerzo?

— No. Pero es normal. Es algo consustancial a la condición de hijos. Yo tampoco valoré el esfuerzo de mis padres con su edad, y empecé a hacerlo con el paso del tiempo. El esfuerzo de unos padres por sacar adelante a su familia es algo que das por hecho, quizás hasta que falta. Pero no me importa en absoluto, porque nosotros no nos esforzamos para que nos valoren, sino porque es nuestra manera de querer y nuestra obligación como padres, aunque a veces me queje de que un poquito de atención y de correspondencia no nos vendría nada mal… Entiendo que, a su manera, son conscientes de la suerte que tienen.

— Tus hijos convivirán con amigos con familias rotas, donde el ambiente, probablemente, es muy tenso. ¿La familia unida se valora? ¿Cómo se recupera una sociedad en la que la familia sea, de verdad, la base de todo?

— Entre los amigos de mis hijos hay familias de todo tipo, lógicamente. A mí me da mucha paz saber que ellos son conscientes de que viven en una casa en la que se les quiere como son, y donde el matrimonio funciona, y eso se nota en toda la familia. Como todas las casas, tenemos nuestros defectos, pero hay una estabilidad. A veces somos caóticos, pero divertidos. Bajo este techo, cada uno encuentra su lugar y su espacio. Creo que mis hijos están educados para valorar lo que tienen, para entender que hay familias con problemas, para no juzgar a los demás, para saber ver lo bueno de todo el mundo, para convivir con las personas que piensan o viven de manera diferente.

— Me llama la atención una cosa que dices de tu marido en más de una ocasión: “Es la persona más buena del mundo”. No es una reflexión en voz alta habitual al hablar del cónyuge.

— Es que es verdad. Guillermo y yo nos conocemos desde los quince años y nos queremos mucho. Es una persona constantemente disponible para nosotros y para los demás. Me sorprende muchísimo que nunca da cabida a la más mínima pereza. Lo que hay que hacer, lo hace. Y nos cuida especialmente a todos y a cada uno.

— ¿Estar o dar?

— Estar.

— ¿Educar o querer?

— Querer.

— ¿Aceptar o exigir?

— Exigir… De todas formas, en estos binomios lo interesante es el equilibrio, porque algunas cuestiones incluyen a las otras en su justa medida.

“El prestigio de la paternidad es una asignatura pendiente y urgente. La igualdad entre hombres y mujeres debe tender al equilibrio”

 Tú: madre, profesional, mujer, influencer. Llegas a mucho y dices que la clave es la actitud. Háblame de la actitud de madre realista en el siglo XXI.

— Quizá la actitud más importante sea el realismo: saber hasta dónde llegamos e intentar dar lo máximo, pero conociendo muy bien nuestros límites. Esto es compatible con la audacia de aspirar siempre a lo mejor. Realismo e ilusión son un buen tándem. La actitud es darse sabiendo que nosotras también debemos cuidarnos.

— ¿Y la actitud de padre?

— No sé cuál es la actitud de padre, así en abstracto, para los hogares del siglo XXI. La que expresa mi marido me parece muy interesante: nos cuida, y eso nos da a todos una enorme seguridad.

— En el discurso público, ser paternalista es negativo. Una vez que la maternidad toma vuelo y prestigio social, ¿qué hacemos con la paternidad?

— El prestigio de la paternidad es una asignatura pendiente y urgente. La igualdad entre hombres y mujeres ha de tender al equilibrio. No se trata de encumbrar a las mujeres para pisar a los hombres. Eso nunca funcionará. La única manera de avanzar honesta y sinceramente como sociedad es ir juntos de la mano. Necesitamos madres y padres en igualdad de condiciones.

— Has sobrevivido con nota a la educación de nueve hijos. ¿Qué es lo más difícil?

— Para mí, lo más difícil es disponer de tiempo de calidad para cada uno. Y eso es fundamental para educarlos con acierto: tiempo, atención personalizada y trato adecuado al carácter y a las circunstancias de cada cual. Aunque la familia numerosa es una escuela de valores que educa por sí sola, los hijos necesitan ser un poco exclusivos para sus padres, aunque haya muchos hermanos de por medio. Cuadrar todo eso con cada uno no es fácil.

— ¿Cómo se educa en el equilibrio en el uso de las pantallas desde el epicentro de las pantallas?

— Las pantallas y las redes sociales tienen muchas cosas positivas, pero exigen un manejo y un control para no convertirse en una adicción más, muy habitual en nuestros tiempos. A mí me ha costado bastante aprender a utilizarlas bien. He ido y he venido varias veces. Una de las cosas que más me ha animado a medirme es asumir la pena de que esta generación de niños y niñas recuerden a sus padres como personas que miraban más a las pantallas que a sus propios ojos. De todas formas, mis hijos saben que cuando estoy con el móvil no lo uso como ellos. Para mí el móvil es una extensión de la oficina, la manera de estar pendiente de los grupos de padres de los colegios, de estar conectados con el resto de la familia y con mis amigas… Dicho esto: es importante ser muy ejemplares en el uso de las pantallas, porque a los hijos les educa más lo que ven que lo que escuchan.

— ¿En qué otras madres te inspiras tú?

— ¡En muchísimas! Por ejemplo, aprendo un montón de la actitud sonriente ante la vida, a pesar de las dificultades, de Teresa Robles (@ponundownentuvida), madre de familia numerosa con siete hijos, alguno de ellos con necesidades especiales. El último, José María, con síndrome de Down y leucemia. Y aprendo de muchas otras: algunas me enseñan a ser mejor madre; otras, a cocinar mejor; otras, a tener la casa lo mejor puesta posible… Tengo numerosas referentes interesantísimas de las que, además, me siento muy amiga.

— Sentido del humor. Paciencia. Realismo. ¿El éxito de las redes es ir sin filtros?

— Me parece una buena trilogía para expresar mi forma de estar en las redes sociales: sentido del humor, porque reírse de nosotros mismos y sonreír es un puente maravilloso para conectar con muchas personas diferentes; paciencia, que es fundamental para construir sumando con los demás; y el realismo, que es básico para no disfrazarse, nos vender milongas, evitar las esquizofrenias y ser lo más feliz posible, siempre con los pies en el suelo. Nunca uso filtros en mis apariciones en Instagram. Es más: los combato amablemente, porque me parece que son un escaparate de mentira al que se nos conduce, en muchas ocasiones, a las mujeres. Normalmente, salgo con los pelos que tenga, con las ojeras como vengan. La vida es sin filtros. Mi Instagram, también. Realismo al poder.

 ¿Te siguen tus hijos en las redes?

— Los mayores, sí.

 ¿Y son fans, o a veces sienten alguna ligera vergüencilla?

— ¡Son fans totales! A veces tengo que pedirles que salgan, aunque sea de espaldas, para que quede claro que de verdad somos nueve. Y también me toca pedirle a mi marido que dé la cara, porque si no, puedo parecer ante la audiencia una joven viuda… De todas formas, percibo un cambio de ciclo con respecto al móvil entre las nuevas generaciones. Uno de mis hijos se ha dado de baja en Instagram hace poco, y otra ha preferido retrasar la llegada del móvil a su vida. Creo que nuestros hijos nos ven saturados de conexiones y pantallas, y empiezan a recelar de ese modo de vida. Dicho esto, nuestros hijos necesitan que los acompañemos también en el mundo digital. La tecnología está aquí para quedarse, así que aprovechémosla como una oportunidad más para educar.

 Madre de nueve en un mundo que suele recomendar: primero, tú. ¿Qué esperas del verdadero feminismo para que te eche una mano en tu tarea?

— Del feminismo constructivo espero que sea capaz de defender a los padres y a las madres en igualdad de condiciones, para que nuestra vida como padres, madres, profesionales, familiares, amigos, etc., no sea una carrera de obstáculos, siempre a contrarreloj.

 Muchas personas, cuando escuchan “tengo nueve hijos”, enseguida te pondrán en la casilla de súper-religiosa. ¿Habríais montado este once ideal sin fe?

— Pues, fíjate: ¡sí! Estoy convencida de que, sin fe, habría montado igualmente esta familia. Aunque debo decir también que, para mí, la fe es fundamental para vivir.

 Con FeriaAna Iris Simón desmontó el tópico de que las familias grandes estaban todas cortadas por el mismo patrón. En tu cuenta de Instagram transmites que el esfuerzo evidente de criar a nueve hijos inunda de diversión muchos momentos de la vida. Ante una sociedad que se enfrenta fríamente hacia la tiranía de la soledad, ¿qué dices?

Efectivamente, las grandes familias no son una cuestión exclusivamente de personas con fe, como decíamos antes, ni de derechas, o de determinada cohorte social. Hay una enorme variedad de intereses detrás de cada familia numerosa, todos ellos muy saludables, también para el resto de la sociedad. La familia es un colchón en el que podemos ser muy felices y la soledad es una realidad que nos puede hacer enormemente tristes. La familia es un pilar básico. Cuidarla y mimarla debería ser una prioridad de todos los políticos en campaña electoral, y después.

 Probablemente, muchas personas que te siguen en las redes traten de imitar lo externo para mantener una familia en orden y en marcha. ¿Eso funciona?

— Lo externo siempre ayuda, pero no lo es todo. Lo lógico es que lo exterior sea un reflejo de lo que va por dentro. Hay cuestiones fundamentales que condicionan la manera de vivir, de estar, de expresar, de relacionarse con los demás. Hay valores que no se impostan y que, si no tienen raíces y se riegan, duran muy poco. En mi caso, Dios es un pilar clave de donde nace todo lo que refleja mi vida y la de mi familia.

Álvaro Sánchez León

En Alemania pintan bastos

Por su interés, reproducimos este artículo de José-Ramón Ferrandis sobre las posibles consecuencias del cierre de centrales nucleares en Alemania:

Alemania es el país más grande en términos demográficos[1] y más rico en términos de PIB[2] de Europa y de la Unión Europea. Su convulsa historia desde su nacimiento como nación[3] ha tenido repercusiones en todo el globo, tal es su peso específico dentro de una Europa que entonces lideraba el mundo.

La Primera Guerra Mundial fue desencadenada por Austria-Hungría al invadir Serbia, pero alcanzó masa crítica y provocó la participación de la Gran Bretaña tras la invasión por parte de Alemania de la neutral Bélgica (y de Luxemburgo). La declaración de guerra de Alemania a Francia el 3 de agosto de 1914 terminó de alinear a los contendientes.

La Segunda Guerra Mundial fue provocada por el III Reich, estado imperial que albergaba un gobierno nacional socialista alemán. Se trataba de una guerra de conquista, muy similar en su concepción a la lanzada por la Rusia de Putin el 24 de febrero de 2022 contra Ucraina.

Finalizada la II Guerra Mundial de manera especialmente desastrosa para Alemania, la creación de la CECA y la Comunidad Económica Europea conjuró los eventuales riesgos de recidiva. Alemania entró en una dinámica de crecimiento[4] junto con sus vecinos y Europa Occidental ha disfrutado hasta hoy de casi 80 años de paz ininterrumpida, acontecimiento sin precedentes en este subcontinente.

Pero no nos adentremos tanto en la historia de Alemania cuanto en su presente. Este exordio viene a cuento de que lo que ocurre en Alemania afecta ineluctablemente al resto de Europa[5]. Y lo que pasa en Alemania hunde sus raíces en la política energética implantada durante los gobiernos de Angela Merkel (canciller de Alemania entre 2005 y 2021).

Todo empezó con la inquina antinuclear de los partidos y movimientos verdes alemanes, alimentados, sostenidos y financiados por la URSS desde hace décadas, cuyo objetivo era y es[6] acabar con la energía nuclear[7] en su propio país.

En los años 70 del Siglo XX, Alemania apostó por la energía nuclear, construyendo más de 30 reactores en su territorio. Tras el desastre de Chernobyl, el gobierno socialista decidió abandonar la energía nuclear así pasaran diez años. Al sobrevenir el tsunami de Fukushima[8], la Canciller Merkel[9], doctora en Ciencias Físicas, decidió cerrar las centrales nucleares en suelo alemán[10].

Las centrales fueron desconectándose paulatinamente, mientras el gobierno alemán (Merkel) hacía descansar la generación de energía eléctrica sobre eólica[11], solar[12], gas natural[13] y carbón, prohibiendo además el uso del fracking. De manera harto sorprendente, el mix energético alemán en 2022 vino encabezado de lejos por el carbón (propio y sudafricano, cuya importación se incrementó un 800%), seguido por la energía eólica, la solar, el gas natural, la biomasa (sic), la nuclear y la hidráulica. Una mezcla con ponderaciones claramente inadecuadas, cuyas consecuencias productivas no se han hecho esperar, como veremos a continuación. De momento, la quema de carbón ha motivado que las emisiones de CO2 en Alemania (¡sea anatema!) alcancen hasta 765 g/kWh, superiores en más de 200 g/kWh a las mediciones en la RP China. No es raro: el carbón ya supone el 45% en el total de la generación. En consecuencia, Alemania predica al mundo que es un adalid de la transición energética mientras incumple sus (grotescos[14], por lo demás) objetivos climáticos.

Con el Canciller Scholz al timón de un gobierno de coalición con Los Verdes[15], las tres centrales nucleares restantes[16] fueron cerradas el 15 de abril de 2023[17] (a pesar de que las fechas de clausura de los reactores estaba prevista para 2034, 2035 y 2036). Eso se ha hecho tras la voladura de Nord Stream I y II, las dificultades de suministro de Alemania en un mercado del gas natural tensionado, y con cada vez mayor recurso al subóptimo y contaminante lignito marrón del que el suelo alemán es rico[18]. Pero no les queda otra. La estúpida estrategia seguida por Merkel y continuada por Scholz, en un país industrial como Alemania, les ha echado en brazos del carbón, que les da la seguridad de producción de energía que necesitan esencialmente. De los brazos de Putin al contaminante lignito. ¡Vaya recorrido!

Inevitablemente, la situación en Alemania empeora. Y ese es el objetivo, ciertamente[19]. Destruir la economía para hacerse con el país. Vieja aspiración. Alemania ya está en recesión, técnicamente hablando. La caída del PIB en los dos últimos trimestres consecutivos ha sido del 0,5% y del 0,3%[20].

Mientras tanto, aupado en su afán fundamentalista[21], el Ministro de Economía quiere prohibir las calefacciones de gas y gasoil desde 2024 en adelante[22]. Es su manera de entender la democracia y de no entender la Física. Una parte importante de la población alemana no podrá pagar ni la instalación de bombas de calor ni su uso regular, por un lado; la generación eólica o solar no podrá suministrar regularmente la energía necesaria, por otro. Pues le da igual. Es el poder por el poder. Hablando de Alemania, no sé, creo que me recuerda algo, realmente.

Y atención, porque se trata del Ministro de Economía[23]. Además de la inflación, del descenso de los ahorros, de la recesión, de las prohibiciones comunitarias (de la UE, refrendadas por Parlamento y Consejo) que se van a llevar lejos de la UE sectores productivos industriales enteros (cosa nada baladí), viene este tipo listo donde los haya y prohíbe la calefacción alimentada por hidrocarburos.

Y esto, en los hogares, porque la situación en la industria no es mejor. Tomemos el ejemplo de la siderurgia. La empresa Krupp Mannesmann ha anunciado[24] que será inevitable cerrar los altos hornos de la empresa en Duisburgo, localidad donde se hallan los segundos más grandes de Alemania. Krupp Mannesmann debe reemplazar los hornos entre 2025 y 2045 para poder utilizar cada vez más hidrógeno verde. Entonces, la relación coste/beneficio se hará insostenible. Y será así porque se estima que las pérdidas ascenderán a 2.000 millones de euros, lo que hará la producción imposible en un entorno de competencia. Así que habrá que cerrar la planta. 3.100 puestos de trabajo se irán con ella.

¿Qué se le ha ocurrido al ocurrente Ministro para hacer frente a esta perspectiva? Algo fácil, intuitivo … pero profundamente erróneo, inflacionista, injusto, insuficiente y deficitario[25]: Robert Habeck quiere reducir los precios de la energía que necesita la industria alemana por decreto (de momento, hasta 2030) evitando así que las empresas[26] huyan a países donde la energía tiene un precio sensato.

Por supuesto, tratándose de un iluminado de izquierdas, establecerá generosos subsidios, que pagará el contribuyente[27].

Hasta los europeístas más granados[28] avisan de la que se avecina. Que tengan por seguro que llegará, como llegó en Sri Lanka, donde[29] el gobierno prohibió los fertilizantes sintéticos en abril de 2021. Como era de prever, la producción de alimentos se desplomó y el país, predominantemente agrario, entró en quiebra e impagó la deuda externa. Las protestas generalizadas de ciudadanos hambrientos y desesperados (que asaltaron el palacio presidencial) obtuvieron la dimisión del gobierno. Quienes quieran ver las revueltas de los “chalecos amarillos” en Francia o de los agricultores en Holanda, que vean. El que quiera entender, que entienda.

Los costes de las políticas climáticas son insoportables. La pretensión de acabar con los combustibles fósiles es inviable y cara. Muy cara. Y está generando un caos en Occidente que no va a quedar impune.

Los políticos occidentales en su mayoría[30], las élites académicas, las instituciones multilaterales parecen estar presos del síndrome de María Antonieta. Ya se enterarán. Y si quieren, que repitan la habitual cantinela: “Esto, aquí, no puede pasar”.


El 26 de abril de 1986, a la 1:24:00 (hora de Moscú) tuvo lugar el peor accidente nuclear de la historia. Fue en el reactor número 4 de la central nuclear Vladimir Ilich Lenin, situada en Ucraina, en la población de Pripyat, junto a Chernobyl, no muy lejos de Kiev.

Todo empezó con unas pruebas de control de límites de seguridad que ya se habían efectuado tres veces en los cuatro años anteriores, aunque sin resultados concluyentes. Se trataba de averiguar[31]si era viable un procedimiento de control que simulaba un corte de energía eléctrica. Se quería saber si la circulación de agua de refrigeración en esas circunstancias continuaba en condiciones de seguridad hasta que entraran en funcionamiento los generadores eléctricos de respaldo. Parece sencillo[32], y hasta tonto. Pero no lo era, no lo fue, porque además el reactor era un RBMK[33].

A la 01:07 del 25 de abril comenzaron los preparativos para el experimento con la reducción gradual y programada del nivel de potencia del reactor número 4 de la central. A las 14:00, el sistema de refrigeración de emergencia del núcleo se neutralizó para evitar que la prueba se interrumpiera más adelante.

Entonces (y esta es una de las claves de la explicación del accidente) el regulador de la red eléctrica de Kiev pidió al operador del reactor de Chernobyl que mantuviera un mínimo de producción de energía eléctrica para satisfacer la demanda a que se enfrentaba[34]. Por tanto, el experimento se retrasó. A pesar de este retraso, los múltiples preparativos para la prueba que no afectaran a la potencia del reactor continuaron llevándose a cabo, incluyendo la desactivación del sistema de emergencia de enfriamiento del núcleo, destinado a proporcionar agua a la central en caso de una pérdida de refrigerante.

Todas estas acciones llevaron a una configuración inestable del reactor. A las 23:04, el regulador indicó que ya no necesitaba la potencia del 4ª reactor de Chernobyl para Kiev. A las 23:10 se reinició la reducción de potencia. A las 00:00 cambió el turno del personal de control de la central: los trabajadores experimentados[35] fueron reemplazados por jóvenes del turno de noche[36]. Este turno, además de ser inexperto y estar desinformado, disponía de muy poco tiempo para llevar a cabo el experimento. Durante el cambio de turno se redujo la potencia aún más.

A las 01:00 del 26 de abril, tras los laboriosos preparativos en los que se habían dado múltiples alteraciones de los parámetros de seguridad en términos de potencia, producción natural de xenón, inserción demasiado rápida por error de las barras de control de boro[37] e inestabilidad en el flujo de refrigerante, la potencia del reactor se mantuvo en 200 MW, pero con una configuración inestable, fuera de los márgenes de funcionamiento seguro establecidos por los diseñadores. Si el reactor entraba en supercriticidad[38], no se recuperaría de forma automática. Con todo, las órdenes eran las órdenes.

A la 01:23:04 comenzó el experimento; se cortó la electricidad a las turbinas para hacerlas funcionar por inercia. A la 01:23:40, un operador presionó el botón AZ.5[39] de emergencia, por lo que las barras de punta de grafito[40] de control de la reacción nuclear empezaron a entrar en el núcleo del reactor para detener el proceso[41]. A la 1:23:41, la computadora SKALA[42] registró el inicio de un SCRAM (apagado de emergencia) del reactor[43].

Tras varios avisos del sistema registrados a la 1:23:46, la 1:23:47, la 1:23:48 y la 1:23:49, a la 1:24:00 los desequilibrios registrados hasta entonces desembocaron en el sobrecalentamiento sin control del núcleo del reactor nuclear y en una o dos explosiones sucesivas, causadas por la formación de una nube de hidrógeno dentro del núcleo, que fueron seguidas por un incendio[44]. Las explosiones volaron la tapa del reactor nº 4, de 1.200 toneladas, y expulsaron grandes cantidades de materiales a la atmósfera, formando una nube radiactiva que se extendió por 162.000 km² en Europa[45]. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados[46] se estima fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica de Hiroshima.

Se inició una operación de emergencia para apagar el incendio, estabilizar el reactor[47], limpiar los residuos expulsados, descontaminar la zona y mitigar los efectos. Lo hicieron en total unas 600.000 personas, de las que los liquidadores, quienes se enfrentaron a la catástrofe desde el primer momento en el interior de a central, recibieron altísimas dosis de radiación[48]. 5.000.000 personas vivían en áreas contaminadas y 400.000 en áreas muy contaminadas. No existen trabajos concluyentes sobre la incidencia real, y no teórica[49], de este accidente en la mortalidad de la población.

Las consecuencias fueron terribles. Los datos al respecto son variables, como toda información procedente de la URSS. Se hablaba de 31 muertos en 15 días, que ascendieron a 63 en breve. Casi todos eran liquidadores. Luego hubo más, muchos más, pero un pesado manto de silencio cayó sobre Chernobyl.

La información sobre el accidente no provino de la URSS, sino de Suecia. En la central nuclear de Forsmark (a unos 1.100 km. de Chernobyl) detectaron radioactividad. Tras comprobar que no era suya, dedujeron (por los vientos dominantes) que venía de la frontera entre Ucraina y Bielorrusia, y dieron la voz de alarma. La noche del 28 de abril, el noticiario soviético Vremia se refirió de pasada al accidente. Mijail S. Gorbachov había decidido obviarlo, pero no pudo. El 14 de mayo lo reconoció. Era tarde: habían permitido desfilar a la población de Kiev el 1 de mayo, al aire libre, como si nada hubiera pasado. La vida debía seguir su curso … Eso retrasó las evacuaciones y la adopción de medidas.

Fue una pesadilla que bien se pudo haber evitado. Todo salió mal porque se permitió experimentar sin garantías. Y los errores cometidos, las circunstancias concomitantes y las órdenes prevalecientes hicieron el resto.

[1] 84.220.184 (2023, estimaciones. World Factbook)

[2] De acuerdo con datos del Banco Mundial, el PIB de Alemania en 2022 fue de $ 4.259.930 millones.

[3] Que fue el 18 de enero de 1871, coincidente con el establecimiento del II Reich.

[4] Recuérdese el “milagro alemán”, que comenzó en 1948 y situó a Alemania en una posición de privilegio en la industria mundial.

[5] Recuérdese el viejo aforismo del último tercio del Siglo XX: “cuando Estados Unidos estornuda, Europa se constipa”.

[6] Son partidos integrados por fanáticos ecologistas.

[7] Un referente claro para estas políticas fue el “accidente” de Chernobyl, que expliqué en la “Carta de los martes” cuyo extracto pueden ver, en cursiva, al final del artículo. Los soviéticos intentaban asustar a los demás con los problemas que ellos creaban y sufrían, mientras con la otra mano financiaban las actividades contra esa misma energía nuclear.

[8] También explicado en la “Carta de los martes” de fecha 3 de marzo de 2020, que pueden encontrar aquí https://www.unioneditorial.net/libro/cartas-de-los-martes/ No obstante, lo esencial es esto, que transcribo: “Seguramente recuerdan ustedes el maremoto que sufrió Japón el 11 de marzo de 2011. Un terremoto de grado 9,1 en la escala de Richter (logarítmica) provocó una enorme destrucción en parte de la costa oriental de Japón. No fue el movimiento de tierras sino el maremoto subsiguiente quien fue responsable de la totalidad de las muertes: 15.895 exactamente, además de 2.556 desaparecidos. Colateralmente, el agua inundó los motores diésel de refrigeración de la central nuclear de Fukushima y tres de los núcleos entraron en fusión, para posteriormente explotar y emitir contaminantes a la atmósfera y al mar.

Lo cierto es que nadie murió por el grave accidente nuclear, pero la alarma generada fue tal que el gobierno nipón decidió cerrar las centrales nucleares del país. No fue el único país en hacerlo. Alemania les ha seguido en esa deriva y se ha zambullido en un universo de costes que difícilmente superará.

[9] Angela Merkel (nacida Kasner) es hija de un pastor luterano (Horst Kasner) quien, al poco de nacer Angela en Hamburgo, donde vivía la familia, pasó a desarrollar sus funciones pastorales en Kitzow, al norte de Berlín (en la zona ocupada por la URSS), “aunque durante años se permitió a la familia cruzar libremente la frontera interalemana” (Wikipedia). Angela Kasner militó en la organización oficial de la juventud de la República Democrática Alemana (RDA), miembro del Frente Nacional. Inicialmente, esa era una organización juvenil comunista. En 1989, Kasner/Merkel (apellido de su primer marido) se sumó al creciente movimiento alternativo tras la caída del muro de Berlín y se unió al nuevo partido “Despertar Democrático” (Demokratischer Aufbruch). Tras las primeras elecciones democráticas en la RDA (18 de marzo de 1990), se convirtió en viceportavoz del nuevo Gobierno de Lothar de Maizière, que fue el último presidente del gobierno de la RDA. El 18 de enero de 1991, Merkel fue nombrada ministra para la mujer y la juventud en el Gobierno del canciller federal Helmut Kohl.

[10] El riesgo de tsunami en suelo alemán es prácticamente cero, no sólo porque no se encuentra en zona sísmica, sino porque las centrales no se hallaban junto al Mar del Norte o el Mar Báltico. Sin duda, el hecho de que los muertos por la catástrofe de Fukushima fueran CERO no debió influir en la decisión de cierre.

[11] Intrínsecamente intermitente, ineficiente y sujeta a períodos prolongados de reducción de la fuerza del viento. La sequía de viento de 2021 en Europa volverá a ocurrir.

[12] Alemania está en una latitud demasiado alta. Los paneles solares ya funcionan mal en verano, así que, en invierno, con pocas horas de insolación y cielos cubiertos, ni les cuento.

[13] Procedente de Rusia en su inmensa mayoría.

[14] También se puede afirmar que son Gretescos. Perdóneseme la paronomasia.

[15] Estos prefieren quemar carbón, que produce más CO2 por unidad de output que cualquier otro hidrocarburo, a seguir con las nucleares. Es estrictamente incongruente.

[16] Isar 2, Emsland y Neckarwestheim 2.

[17] Científicos del país (entre ellos varios premios Nobel) dirigieron una carta abierta al Canciller. Offener Brief – RePlanet (replanet-dach.eu) En vano. No es un problema de racionalidad.

[18] Las consecuencias políticas en el seno de la coalición de gobierno no se han hecho esperar. En un sondeo de primeros de abril, el 59% de los alemanes está en contra del abandono de la energía nuclear. Sólo un 34% ve correcta la decisión de Scholz.

[19] Traigamos a colación ahora las palabras de Fritz Varenholt, Doctor en Química, quien comenzó su carrera en la Agencia Federal para el medio ambiente en Berlín (como responsable de la industria química) antes de entrar en el Ministerio de medio ambiente de Hesse. De 1984 hasta 1990 fue secretario de Estado de medio ambiente. Entre 1991 y 1997 fue ministro de energía y medio ambiente en Hamburgo. Vean lo que afirmó en una entrevista en la TV alemana (5.10.2020): “los cada vez más estrictos requerimientos y objetivos de reducción de emisiones son locuras análogas a las que salían del sistema soviético de planificación y fracasarán también espectacularmente”. Pueden encontrar esta referencia y su ampliación en el libro https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/

[20] Datos del Banco Mundial.

[21] Quizá recuerden la divisoria que se establecía en los años 80 y 90 dentro del Partido Verde alemán entre Realos y Fundis (Realistas y Fundamentalistas). Ahora no hay diferencia: todos son fundamentalistas, a pesar de la realidad.

[22] Habeck quiere prohibir los sistemas de calefacción de petróleo y gas: ¡Ya en 2024! | Dinero | BILD.de

[23] Tampoco el Ministro Presidente de Baden-Württemberg, Winfried Kretschmann, se quedó corto en las recomendaciones. Nada de duchas (toallas húmedas en su lugar) y calentar sólo una habitación de la casa. Como en 1948. Quieren sumir a Alemania en la miseria. Energy Crisis: German Minister President Suggests Heating One Room in Winter Is Enough – Watts Up With That?

[24] https://wattsupwiththat.com/2022/12/11/germanys-krupp-mannesmann-steel-mill-in-danger-of-failing-due-to-financing-green-energy-costs/

[25] Germany considers electricity price cap to support industry – DW – 05/05/2023

[26] Los subsidios cubrirían al menos el 80% del consumo energético de industrias energía-intensivas como las químicas, el acero y la manufactura de vidrio.

[27] Germany Opens the Door to High Inflation, with an 80% Green Energy Bill Subsidy Proposal – Watts Up With That?

[28] Risk of ‘conflict and strife’ in Europe over energy crisis, EU deputy warns | Energy | The Guardian

[29] Estimulados por los activistas, el Foro Económico mundial y los verdes del mundo para producir alimentos con un enfoque orgánico. Error.

[30] Viene a cuento aquí una frase de Henry Kissinger, quien acaba de cumplir 100 años: “Los políticos corruptos hacen que el otro diez por ciento tenga mala imagen”.

[31] En el más grande reactor de Ucraina, del que dependía la energía de una gran zona geográfica.

[32] Debían averiguar durante cuánto tiempo continuaría generando electricidad la turbina de vapor del reactor tras el corte externo de energía para refrigeración. En caso de corte, las bombas refrigerantes de emergencia requerían un mínimo de potencia para ponerse en marcha (y cubrir el hueco de 75 segundos hasta que arrancasen los generadores diésel de respaldo). Eso es lo que no se sabía y se quería saber.

[33] RBMK es el acrónimo de reáktor bolshói móschnosti kanálny, que significa «Reactor de condensador de alta potencia». Es un tipo de reactor nuclear construido únicamente por la Unión Soviética. Sus características inherentes pueden producir condiciones incontrolables. La planta tenía cuatro reactores RBMK-1000 con capacidad para producir 1.000 MW cada uno. El diseño de estos reactores no cumplía los requisitos de seguridad que en esas fechas ya se imponían a todos los reactores nucleares de uso civil en Occidente. Los reactores 1 y 2 carecían de edificio de contención. Los reactores 3 y 4 tenían «blindaje biológico superior», que es la protección necesaria para resguardar al público y a los trabajadores de las radiaciones de neutrones y rayos gamma ocasionadas por los productos de fisión.

[34] Debido a que, de forma inesperada, otra planta de energía regional quedó fuera de la red, y el controlador de la red eléctrica en Kiev solicitó detener la reducción de la producción eléctrica de Chernobyl, ya que debía satisfacer el pico de demanda de la tarde.

[35] Las condiciones de la prueba habían sido acordadas antes del inicio del turno diurno del 25 de abril. Los empleados del turno diurno habían sido instruidos y estaban familiarizados con los procedimientos. Un equipo especial de ingenieros eléctricos se encontraba presente. Nada de eso estaba vigente a partir de las 0:00:00.

[36] Si no hubiera habido ese retraso, la prueba la habrían hecho ingenieros experimentados. Los jóvenes de la noche solo habrían tenido que verificar el calor remanente en el reactor.

[37] De las 211 barras de control que tenía el reactor, casi todas fueron retiradas manualmente. Todas menos 8. El mínimo para dejar insertadas era de 30. Esa decisión fue una violación grave del Reglamento de Seguridad Nuclear de la URSS.

[38] Supercriticidad o situación supercrítica implica que, por cada fisión que aparece en el material fisionable, habrá un promedio de k fisiones en la siguiente generación. El número de fisiones aumenta exponencialmente. Las armas nucleares están diseñadas para funcionar así.

[39] Que significaba Defensa de Emergencia Rápida 5. Recuérdese que se había desconectado el sistema automático.

[40] Las barras de boro tenían una punta de grafito. Éste no permitía frenar la reacción. Lo hacía el boro que se hallaba después, en la barra, más arriba Fue demasiado tarde. El SCRAM aumentó la velocidad de reacción en la mitad superior del núcleo, produjo un pico súbito de energía. Ésta pasó de 530 MW a 30.000 MW en el plazo de tres segundos. El reactor explotó.

[41] ¿Por qué se pulsó el AZ-5? No se sabe. O fue una por emergencia debida al incremento extremo de temperatura en el reactor, o fue la forma de apagar el reactor una vez considerado finalizado el experimento.

[42] SKALA (СКАЛА, система контроля аппарата Ленинградской Атомной; “Control system of the devices of the Leningrad Nuclear Power Plant”.

[43] El SCRAM, Safety Control Rod Ax Man o apagado de emergencia de un reactor nuclear, comenzaba al pulsar el botón AZ-5. Funciona activando el mecanismo de accionamiento en todas las barras de control para insertarlas de inmediato y por completo en el núcleo.

[44] En contra de lo indicado por las regulaciones de seguridad, se había utilizado bitumen – combustible – en la construcción de los techos del edificio. El incendio se recrudeció.

[45] Sobre todo, Bielorrusia, Rusia y Ucraina.

[46] Todos ellos materiales radiactivos y/o tóxicos.

[47] El jefe del turno nocturno, Yuri Bagdasárov, quiso apagar el reactor 3. El ingeniero en jefe, Nikolái Fomín, no se lo permitió. A las 05:00, Bagdasárov lo apagó.

[48] Los del equipo de bomberos que acudió a apagar el fuego de la central sabían que iban a una muerte segura. 134 de ellos fueron hospitalizados con Síndrome de Irradiación Aguda por la absorción de altas dosis de radiación.

[49] Existen numerosos estudios sobre modelos teóricos que parecen hablar de fenómenos distintos. La mayor preocupación se centra en el yodo radiactivo, el estroncio-90 y el cesio-137, que inciden en etapas distintas y personas diferentes, con mecanismos diversos.

¿A favor de qué están los conservadores?

Publicamos este artículo de Juan Meseguer en Aceprensa, que expone una panorámica de algunas de las causas e iniciativas que hoy inspiran al movimiento conservador de Estados Unidos. Primero de una serie de dos artículos

En Estados Unidos, hace tiempo que dejó de haber un movimiento conservador unitario. Y el contexto actual, de fuertes divisiones en la derecha, no ha hecho más que enmarañar las cosas. Pero en ese choque de visiones también se van perfilando preocupaciones comunes. 

No le pida a un conservador liberal que se ponga de acuerdo con un conservador nacionalista o de la derecha posliberal acerca de cómo librar la batalla cultural, qué es la libertad, cuál es el tamaño ideal del Estado o qué piensa de Donald Trump. Seguramente, no se van a entender. Como tampoco van a hacerlo las izquierdas cuando discuten entre sí sobre otros temas.

En la vida real, no hay un conservadurismo y un progresismo, sino varios. Y cada uno pone el acento en lo que más le preocupa. Lo interesante es ver qué temas permanecen y cuáles tienen el potencial de traer aire fresco. Sin ánimo de ser exhaustivo, señalo algunos indicios que completan los que ya destaqué en un artículo de 2018 y en otro de 2021.

Provida, profamilia, ¿pro-Estado del bienestar?

Que en el hit-parade de las prioridades de este movimiento siga la defensa de la vida y la familia no es una sorpresa. Pero sí es novedoso que un referente intelectual del conservadurismo liberal, como el Ethics and Public Policy Center (EPPC), abogue ahora por unir esas causas al empeño por ampliar la protección social a las familias, un ámbito en el que todavía queda mucho por hacer en Estados Unidos.

Para hacerse cargo del cambio de guion, hay que ver de dónde vienen: tradicionalmente, los conservadores y los republicanos –no siempre coinciden– veían la ayuda del Estado como una red de seguridad para los más pobres. Pero, de fondo, siempre estaba la cautela: ojo con extender las ayudas a mucha gente o con prolongarlas demasiado tiempo, pues podemos acabar perpetuando el ciclo de la dependencia…

Ahora, el discurso es otro, como muestra la declaración Envisioning a Pro-Family Policy Agenda: A Statement of Principles, promovida por el EPPC en 2022 y apoyada por destacados intelectuales conservadores como Robert P. George, Erika Bachiochi, Bradford Wilcox, Yuval Levin, Ryan T. Anderson, Helen Alvaré o Patrick T. Brown, artífice de la iniciativa.

Frente al discurso conservador clásico, que ponía el acento en la responsabilidad individual, estos autores parten de la premisa de que la libertad de las familias hoy se ve mermada por diversas fuerzas culturales, políticas y económicas. Por eso, sostienen, uno de los objetivos primordiales de las políticas públicas debe ser “empoderar a las madres y a los padres”, facilitarles la vida para que puedan cumplir sus funciones insustituibles.

Los firmantes son conscientes de que apoyarse en el Estado –aquí revive la vieja cautela– puede tener efectos no deseados imprevistos. Pero creen –y aquí vence la novedad– que, pese a todo, vale la pena adoptar un enfoque “más proactivo”, que ofrezca soluciones concretas a las familias.

A una persona acostumbrada al Estado del bienestar europeo no le sorprenderá lo que pide la declaración (permisos de maternidad y paternidad remunerados, flexibilidad laboral, ayudas para el cuidado infantil…). Pero, insisto, lo decisivo es el cambio de discurso: esto ya no va de self-made men, sino de familias que las están pasando canutas.

Contra el dolor

Una de las ideas-fuerza que está detrás del giro hacia un conservadurismo más atento a las necesidades de las familias es que el bien común exige atender tanto a las propuestas de felicidad y de sentido que inspiran las grandes disputas sobre valores, como a los condicionamientos económicos y sociales que están impidiendo a millones de ciudadanos alcanzar una vida plena.

Si los estadounidenses sin estudios universitarios (la llamada “clase trabajadora”) sienten más dolor crónico ahora no es solo por problemas derivados de la crisis de la familia o la secularización, sino también por la pobreza, la inseguridad económica, el fracaso escolar, los problemas de salud mental o la falta de oportunidades y expectativas.

Es un asunto en el que llevan tiempo insistiendo pensadores conservadores nada sospechosos de populistas o posliberales, como Arthur Brooks, expresidente del American Enterprise Institute, o el ya citado Yuval Levin, director de la revista National Affairs. En eso están también expertos en políticas públicas que han puesto en marcha innovadoras iniciativas:

— El proyecto liderado por el matrimonio David y Amber Lapp, Love and Marriage in Middle America, que indaga la visión del amor y del matrimonio que predomina en la clase trabajadora para salir al paso de sus miedos y sus falsas expectativas, a la que vez que presentan los salarios justos como una causa profamilia.

— Las distintas investigaciones del sociólogo Bradford Wilcox y del equipo que coordina en el Institute for Family Studies. Uno de sus últimos proyectos, en colaboración con Melissa Langsam Braunstein, es un documental que muestra cómo la falta de familia, religión, trabajo y comunidad entre los pobres y la clase trabajadora está llevando a una brecha de felicidad.

— El empeño del American Compass y el EPPC por ampliar la conversación pública con quienes carecen de voz y del que salen, directas al corazón, algunas conclusiones: “La gente quiere ser escuchada“, “las madres merecen ser cuidadas”…

Otras iniciativas destacadas, que no distinguen por nivel social, son el proyecto Teología del hogar, de Carrie Gress y Noelle Mering, que impulsa la dignificación del trabajo de cuidar el hogar; y los grupos de lectura CanaVox, presentes en 31 países, que buscan maneras de construir una cultura más favorable al matrimonio.

Regular a las Big Tech

Dentro de esta nueva batalla conservadora contra el dolor tienen un lugar preferente los esfuerzos por poner coto a las grandes tecnológicas, para lo que se invocan distintos motivos. Uno de los más interesantes es el que destaca Patrick T. Brown: políticos de ambos lados del arco ideológico parecen haber entendido que los padres están preocupados de que sus hijos acaben metidos –a menudo por culpa de los algoritmos– en auténticos pozos sin fondo o madrigueras (rabbit holes) que conducen a la pornografía, el extremismo político, los desórdenes alimenticios, etc. Brown menciona tres proyectos de ley federales bipartidistas, seis nuevas leyes estatales… y las que están en camino.

Entre los adalides de esta ola de regulaciones hay varios senadores republicanos: Tom Cotton, Marco Rubio, Josh Hawley, J.D. Vance… Cotton acaba de llevar al Congreso, del brazo de un senador demócrata, el proyecto de ley Protecting Kids on Social Media, que pretende exigir el consentimiento parental para abrir una cuenta en una red social a los menores de 18 años. Hawley fue uno de los primeros en hacer sonar las alarmas con el libro The Tyranny of Big Tech. Rubio es uno de los republicanos que ha apoyado una actualización bipartidista de la Kids Online Safety Act. Vance mantiene el nivel de alerta contra las tecnológicas con sus estridentes advertencias contra las “enemigas de la civilización occidental”…

Para completar la batalla contra el dolor queda por ver cómo va a llevar ahora el movimiento conservador su preocupación por la vida y la familia a tres cuestiones en las que muchos republicanos –no siempre conservadores– no dan su brazo a torcer: el apoyo a la pena de muerte; la negativa a tomarse en serio las restricciones a las armas; y la renuencia a afrontar la reforma del sistema migratorio, que lleva años pendiente.

Es la identidad, querido

La perspectiva del dolor –la sensibilidad hacia las heridas que cada cual arrastra– también invita a entrar con suma delicadeza en determinados debates que afectan a la identidad. No es lo mismo hablar en general de transexualidad, feminismo o crisis de masculinidad que partir del sufrimiento concreto de quien se plantea una “reasignación” o una “detransición” por un malestar psicológico encubierto; ha sido víctima de un depredador sexual; o ha perdido la familia, el trabajo y la motivación en la vida.

En este sentido, son muy ilustrativos los testimonios de pensadoras que han llegado a posiciones tenidas por conservadoras tras haber experimentado las consecuencias del progresismo cultural en sus vidas, como Mary Harrington, autora del recién publicado libro Feminism Against Progress y Erika Bachiochi, autora de The Rights of Women, que hoy defienden un feminismo amigo de la maternidad. Sin llegar al conservadurismo, Louise Perry denuncia en The Case Against the Sexual Revolution, cómo la revolución sexual ha traído un legado envenenado para las mujeres. Las tres participan en Fairer Disputations, un foro que reúne a pensadoras de distintas tendencias en torno a un solo principio: la defensa del sexo biológico.

La atención al otro está enriqueciendo los debates en torno a la libertad religiosa y de conciencia. Seguramente muchos dejarían de ver estos derechos fundamentales como “licencias para discriminar” si comprendieran –como hacía notar un importante informe del think tank canadiense Cardús– la “experiencia terrible y desgarradora” que supone para un médico debatirse entre ser despedido por rehusar practicar abortos o eutanasias, o ir en contra de unas convicciones que le definen. Sufrimientos que se podrían evitar fácilmente con una acomodación razonable.

La perspectiva del dolor puede ayudar a enfocar debates de forma más humana. O, por lo menos, a hacerse más sensible a los motivos de los demás. De todos modos, para avanzar en la conversación pública y formular políticas concretas, al final hay que volver a cosas tan objetivas como el sexo biológico o los derechos fundamentales.

Diversidad intelectual ¿por ley?

En educación, los conservadores han seguido impulsando medidas a favor de la libertad de las familias de cualquier nivel de ingresos para escoger escuela. 2022 fue un buen año para esta causa.

Pero el movimiento conservador es consciente de que también debe prestar más atención a la escuela pública… y gastar más en ella. Así lo ha entendido el gobernador de Florida, Ron DeSantis que, en vez de meterse en la enésima pelea republicana con los sindicatos de profesores, ha optado por subirles los sueldos.

De Florida viene también un sorprendente proyecto de ley para hacer frente a la crisis de libertad de expresión en los campus universitarios. Según explica Stanley Kurtz, investigador del EPPC y uno de sus inspiradores, la HB 931 (bautizada como “ley de diversidad intelectual”) exigirá a las universidades públicas que organicen debates sobre asuntos públicos de calado con presencia de ponentes conservadores y progresistas. Para garantizar la relativa imparcialidad, las universidades estarán obligadas a anunciar la lista de ponentes, a grabar los debates y a publicarlos online. Además, esta ley (que ya cuenta con el visto bueno de las dos Cámaras legislativas, a la espera de la firma de DeSantis) prohibirá la práctica de exigir a los profesores que demuestren sus contribuciones a la diversidad como requisito para acceder a un puesto.

En Florida y otros estados bajo dominio republicano, muchos conservadores ven con buenos ojos los proyectos de ley destinados a impedir la enseñanza de la teoría crítica de la raza o la ideología de género. Los promotores de estas iniciativas alegan que su intención es evitar el adoctrinamiento, pero sus críticos replican que en realidad esos proyectos impiden discutir con alumnos de secundaria sobre racismo, sexismo o identidad sexual, lo que a su juicio amenaza la libre expresión de ideas y el pensamiento crítico.

Uno de los ejemplos más llamativos que ponen, extraídos de sendos proyectos de ley republicanos en Tennessee y Connecticut, es la propuesta de prohibir cualquier enseñanza que pueda llevar a un alumno a “sentir malestar, culpa, ansiedad u otra forma de angustia psicológica únicamente por su raza o sexo”, lo que parece un calco del lenguaje woke.

Pero los conservadores no lo ven así. Alegan que esas medidas van dirigidas a garantizar el derecho de los padres a elegir la formación religiosa y moral que deseen para sus hijos, también en la escuela pública.

En el próximo artículo de la serie, veremos de dónde viene el realineamiento ideológico de los conservadores y si es posible vislumbrar en qué puede quedar.